Por Carlos Tórtora.-

En los últimos días se instaló en los medios un escenario electoral nuevo. Mientras mantenga la pax cambiaria, el gobierno podría retomar la iniciativa y subir lentamente en las encuestas a razón de medio punto por semana. Esto no le alcanzaría para ganar las PASO, en las que quedaría algo más abajo que el Frente de Todos. De mantenerse esta tendencia, Juntos por el Cambio estaría sí cada vez más cerca de ganar la primera vuelta.

Este cuadro explica el creciente nerviosismo de Alberto Fernández, que viene adoptando un sesgo desafiante en los últimos días, esto es a partir de que anunció que, en caso de ser electo, les daría un aumento del 20 por ciento a los jubilados y rebajaría la tasa de las LELIQs. A esto se le suman las declaraciones sobre la necesidad de bajar las tasas de interés y desdolarizar las tarifas. Decididamente, el candidato K optó por volver a las raíces del relato de la década kirchnerista, pagando el costo de sembrar intranquilidad en los mercados. En los días que quedan de campaña, se esperan nuevos gestos desafiantes de Alberto F, en tanto que el gobierno giraría en torno a la ventaja supuesta de su previsibilidad pidiendo un voto de confianza. En definitiva, la idea de que el paso del tiempo favorece al gobierno hace que el kirchnerismo se vea obligado a tratar de conmocionar el escenario electoral para modificar la actual tendencia.

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