Por Guillermo Cherashny.-

Una información altamente confiable señala que la vicepresidenta, al regresar de El Calafate, espera ver caras nuevas en el gabinete y entre ellos se menciona a Losardo, en primer lugar, Kulfas, Moroni y Basterra. En cambio, Felipe Solá y Ginés González García están firmes por ahora. Pero las fuentes cercanas al presidente dicen que estos dos últimos están en la picota, aunque no saldrían del gobierno en los próximos días hasta que Alberto pueda poner los reemplazantes, porque se sabe que donde rueda una cabeza el nuevo nombre sale de Cristina o La Cámpora.

De ninguna manera el presidente quiere desprenderse de Marcela Losardo, la ministra de justicia, y como dijimos, es la principal cabeza que reclama Cristina para cumplir la agenda judicial, que es el tema que más le preocupa, porque ahí se encuentra la sede del denominado lawfare.

Una muestra grosera de esa exigencia fue la marcha por la impunidad de Milagro Sala, donde los manifestantes a propósito dejaron bolsas de basura en referencia a la justicia en general. El presidente quiere cambiar la justicia pero está muy lejos de pensar como Cristina y sus seguidores; pero en público siempre les da la razón a los reclamos del núcleo duro K.

Los albertistas dicen que él hace como cualquier marido que a su esposa le dice: «tenés razón», pero después hace lo que quiere, y no a lo que se comprometió. Éste es un juego muy peligroso que en algún momento tiene que estallar, porque lleva ya más de un año sin solución y el kirchnerismo duro piensa escalar la suelta de bolsos de basura como el otro día y mucho más.

Así las cosas, habrá que esperar que el 23 vuelva Cristina y si en los días siguientes se producen los cambios exigidos.

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