Por Carlos Tórtora.-

La postura en relación al régimen bolivariano que gobierna Venezuela ha pasado a fijar el posicionamiento internacional de los candidatos. Para Alberto Fernández esta prueba es especialmente delicada, dada la entrañable relación que une al kirchnerismo con el gobierno de Nicolás Maduro. El candidato del Frente de Todos se despegó del clásico discurso K en relación a Venezuela para ubicarse en una postura similar a la de Michelle Bachelet y Pepe Mujica. Esto es, que el gobierno venezolano es autoritario y que comete abusos. Un claro mensaje de diferenciación que le apunta al electorado moderado que no lo votó en las PASO. Significativamente, ningún dirigente K salió a contradecir la nueva postura del candidato, en lo que sería una demostración de disciplina interna. Obviamente, habrá que ver si esta cohesión subsiste después de triunfar el 27 de octubre, como todo parece indicar.

La dualidad sigue ahí

Sin embargo, hay rastros de la tensión interna en el kirchnerismo. En la web del Instituto Patria, se publican las principales actividades de las comisiones que integran el think thank del kirchnerismo. Y en el capítulo de la Comisión de Integración Regional y Relaciones Internacionales se publica un documento oficial de fecha 25 de enero de este año cuyo texto reproducimos:

“Rechazo a todo injerencismo que atente contra la soberanía del pueblo venezolano

La comisión de integración regional y asuntos internacionales del Instituto Patria rechaza enfáticamente todo injerencismo que atente contra la soberanía del pueblo venezolano y ratifica su apoyo y solidaridad con el pueblo de Venezuela, y las autoridades legítimamente elegidas a nivel de sus municipios, gobernaciones y presidencia de la Nación, ejercida por Nicolás Maduro.

Las cuestiones políticas deben ser resueltas por cada país en el marco de su Constitución y las instituciones soberanas. Sobre todo cuando muchos de los problemas que Venezuela afronta han sido urdidos desde afuera con propósitos de desestabilización. Rechazamos como vías de solución la intervención militar, el bloqueo económico o cualquier otra forma de intervención extranjera.

Las reiteradas amenazas lideradas por el gobierno de los EE.UU. no hacen más que poner en riesgo la paz de la región, y poner en riesgo las inmensas reservas naturales que pertenecen al pueblo venezolano, y no a las grandes corporaciones que representan la voracidad del capital financiero globalizado.

El Presidente Macri y el Canciller Faurié no solo no expresan a la mayoría de los argentinos en el reconocimiento a Juan Guaidó, quien respaldado por EE.UU. se proclamó Presidente Encargado de la República Bolivariana de Venezuela, sino también avergüenzan la memoria institucional e histórica de nuestro país firmante de la Declaración de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC) sobre el valor de la paz en la región, desconociendo asimismo las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas relacionadas a la autodeterminación de los pueblos y el respeto a la soberanía de los Estados.”

Share