Por Carlos Tórtora.-

En un clima de extrema tensión, el cristinismo en el Senado vive la crisis producida por la denuncia por abuso sexual presentada contra José Alperovich por una sobrina suya. La crispación es mayor por cuanto trascendió que el senador tucumano estaba a punto de ser impulsado por Cristina Kirchner como presidente del bloque peronista unificado del Senado y habría sido presa de una operación que tal vez tuvo su terminal en el rival número uno de Alperovich, el gobernador Juan Manzur. La versión, sobre la cual no se conocen detalles, hace alusión a que la muy estrecha relación de CFK con la esposa de Alperovich, Beatriz Rojkés, que es fundamental para que Cristina pensara en él como el hombre clave para presidir el bloque, operación que se desmoronó ante la gravedad de la acusación.

Vetado

Un indicio de cómo se alinean las fuerzas es que los que hablaron contra Alperovich no son cristinistas y se pueden citar como ejemplos a Leonardo Grosso (Movimiento Evita), Felipe Solá (futuro canciller) y Malena Galmarini (mal vista por CFK).

Por su parte Manzur, ahora sospechado, viene sufriendo embates sostenidos del lado de la vicepresidente electa. Manzur quedó vetado para ser ministro de salud y su socio, Pablo Yedlin, propuesto en su reemplazo, parece correr la misma suerte. Mientras tanto, crecen las chances de Ginés González García, que cuenta con las simpatías de Cristina.

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