Por Guillermo Cherashny.-

En las PASO del 9 de agosto en Tucumán, Daniel Scioli ganó con el 57% contra el 20% de Mauricio Macri y el 16% de Massa. Las elecciones a gobernador estaban fijadas para el 23 de agosto, pero como señalamos en dos notas publicadas en este medio, el PRO habría condicionado el envío de los fondos para fiscalizar a condición de que José Cano ubicara como primer diputado nacional a Facundo Garretón y como primer senador nacional a Pablo Walter. Cano cedió el lugar en diputados y prometió que Silvia Elías de Pérez, la primera candidata a senadora, renunciaría más adelante. El macrismo, disgustado, no habría enviado los fondos suficientes. Entonces Cano y Domingo Amaya, intendente de la capital, reservaron todos los fiscales que pudieron para la elección de gobernador. Entonces, José Alperovich y Juan Manzur, para no ser menos que Scioli, aunque ganaban la elección por el 10%, armaron un fraude sistemático para tratar de llegar a ese 57% del gobernador bonaerense.

Torpeza mayor

Y así se produjeron el robo y los embarazos de urnas y los telegramas truchos. Por su parte, Cano y Amaya, que son muy hábiles, comprobaron todos estos desastres y apelaron ante la justicia con éxito. Alperovich y Manzur no repararon que los votantes peronistas de la capital que respondían a Amaya, antes hombre de Florencio Randazzo, se pronunciaron por Daniel Scioli pero votarían en contra de Juan Manzur por ser el vice de Alperovich. Se tenían que conformar con suerte con obtener el 50% pero la impunidad pudo más y cometieron el fraude más estúpido de la historia argentina, y así les fue. En la medida que el bullying encuestológico contra Sergio Massa se desarrolló con intensidad, los votos del Frente Renovador pasaron en su mayoría a Scioli y casi ninguno a Cambiemos, alianza que Cano aceptó pese a estar en desacuerdo con lo resuelto por la Convención Nacional de Gualeguaychú. Los resultados están a la vista, ya que, por ejemplo, los hermanos Olaviaga de Famaillá, la segunda ciudad con más votos, que estaban con Sergio Massa, se fueron con el FpV. Todos esos votos fueron para Scioli, casi nada para Macri y Massa sufrió una pérdida importante. Este bullying encuestológico terminó así en un escándalo institucional que perjudica al país.

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