Por Alexis Di Capo.-

La reconfiguración del sistema de influencias en el Poder Judicial parece haber encontrado un personaje emblemático: Daniel Angelici, que, sin pertenecer al primer círculo macrista, fue abriéndose paso como el operador más audaz del oficialismo en la justicia, tomando en algunos casos iniciativas que no se atreve a adoptar el propio Ministro de Justicia, Germán Garavano. Elisa Carrió fue la primera figura de CAMBIEMOS en apuntar sus cañones contra el presidente de Boca, poniendo en duda la transparencia de sus negocios. Pero lo que preocupa ahora en la Casa Rosada es que un periodista de Clarín, Alejandro Alfei, estaría preparando una investigación especial señalando a Angelici como el nuevo Javier Fernández, en referencia al ex Auditor General de la Nación que movía los hilos de al menos una parte de la justicia federal durante las dos presidencias de CFK. La conexión de Angelici entre los negocios del juego, el fútbol, la política y la justicia daría pie a que las denuncias en preparación tengan un efecto especial.

En suma, que Angelici apunta a convertirse en la mano negra del macrismo, un rol que, si los medios se lo asignan, le será difícil quitárselo.

Con Francisco en contra

Por ejemplo, se señala que su plan pasa por el control de los distintos organismos de control que son decisivos por su influencia sobre los funcionarios públicos y los negocios jurídicos. Como ejemplo se cita que la ex diputada Laura Alonso, ahora a cargo de la Oficina Anticorrupción, reporta a Angelici y que también lo hace el nuevo Inspector General de Justicia, Sergio Brodsky.

En el caso de Alonso, algunos se animan a sostener que se trata de un arma altamente efectiva que Angelici estaría dispuesto a usar para someter a su voluntad a algunos funcionarios del gobierno. A éstos, una denuncia por corrupción impulsada por Alonso podría colocarlos al filo de un procesamiento.

Este clima, que puede terminar ubicando a Angelici como la figura más oscura del gobierno, se conectaría con influencias internacionales. Hay quienes sostienen que el Papa Francisco, cuya relación con Macri todavía no está pactada, sería un decidido crítico de Angelici, por considerar que éste se propone convertirse en un nuevo zar del juego como Cristóbal López. Más peligroso que éste, agregan algunos, porque además pretende controlar no sólo la justicia porteña sino los despachos claves de Comodoro Py.

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