Por Carlos Tórtora.-

La estrategia para enfrentar a la pandemia pasó a ser el eje de las políticas de gobierno y Alberto Fernández es plenamente consciente de que el tema define el rumbo del gobierno. La novedad en materia de mediciones es que hay una fuerte tendencia en la opinión pública a priorizar la preocupación por la economía. La misma sería el resultado de la distención que hay por los bajos números de contagiados que se registran en el país.

El tímido inicio de las aperturas de la economía en Europa y los EEUU es la referencia obligada de la Casa Rosada. En este sentido, la reciente autorización en España para los paseos por la vía pública y la apertura parcial de playas en California marcaron una nueva etapa. De consolidarse en los próximos días la tendencia a aflojar las cuarentenas, la Casa Rosada podría quedar descolocada si no acompaña el cambio internacional. En otras palabras, si los países que sufren más intensamente el coronavirus consiguen ir levantando las cuarentenas sin consecuencias negativas, sería aún más obvio para la Argentina acelerar la apertura.

El miedo a un rebrote

Con este contexto, es que los gobernantes de los cuatro principales distritos, Juan Schiaretti, Omar Perotti, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta se plantaron contra la posibilidad de autorizar por lo menos salidas de una hora. La postura de los nombrados aparece así diferenciándose de la de Alberto que, recogiendo el humor social, deslizó que “no se puede mantener a la gente en un encierro eterno”.

Los gobernadores que ahora encabezan la línea dura de la cuarentena temen que un aflojamiento general favorezca un rebrote importante del Covid-19 y que ellos sean señalados como responsables. Así las cosas, Alberto se está colocando en el medio entre los duros y la presión social para abrir la economía. Este posicionamiento le da al presidente una mayor comodidad para ir maniobrando hacia el resultado buscado: una salida del aislamiento con un gran éxito en haber tenido una bajísima cantidad de muertes.

Se trata, en definitiva, de una situación que se resolverá en cuestión de días. Si las aperturas de las economías en el hemisferio norte se consolidan sin que aumenten los contagios, la Argentina no podría sino recorrer el mismo camino.

A todo esto, los duros señalaban ayer que “en España y California la gente no respetó el aislamiento y se vio un gran desorden que se va a repetir si habilitamos aquí las salidas”.

En todo caso, fue políticamente acertada la decisión de Alberto de compartir decisiones con los gobernadores, porque de este modo se aseguró tener más espacio para maniobrar.

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