Por Guillermo Cherashny.-

En una nota de la semana pasada, dijimos que la disparada del dólar blue podría causarle serios problemas a la fórmula Scioli-Zannini, ya que la pax cambiaria que instrumentó Axel Kicillof pareciera que está terminando. Así fue que ayer el paralelo cerró a $ 13,70 cuando hace una semana estaba en $ 12,60. Esta suba se produce por dos problemas internacionales. En primer lugar, se agravaron las negociaciones entre la Unión Europea y el FMI con Grecia, que parecen anunciar que puede haber un default y salida del euro por parte de ese país. En segundo lugar, está la devaluación del real con respecto al dólar, aunque hasta ahora controlada por el gobierno de Dilma Rousseff, que con su plan de ajuste, que genera una pérdida de competitividad de la Argentina que se expresa en una caída de las exportaciones. Con el precio del real actual, la paridad cambiaria efectiva que debería tener el país se ubicaría en torno a ese dólar blue de $ 13,60 y no en los $ 9,10 del dólar oficial. O sea que el problema principal para el gobierno no es el blue sino el oficial. Además, la inflación descontrolada explica que haya demasiados pesos en circulación y en los vencimientos de los plazos fijos en pesos hay bastantes inversores que se pasan a dólares

Los miedos, Massa y Macri

Sin embargo, en el mercado no creen que estemos frente a una crisis terminal y en última instancia el gobierno subiría aún más la tasa de interés para parar esta minicorrida. Pero lo que sí será difícil de evitar es que se instale una fuerte volatilidad en el mercado del blue. Y es sabido que esa situación pone nerviosos a los votantes, pero al mismo tiempo son tales los desaciertos de CAMBIEMOS que es muy difícil que el oficialismo pierda las elecciones.

Entre los factores psicológicos que afectan a la mayor parte del electorado independiente hay que computar el miedo a lo desconocido. Y en el caso de Macri, gran parte del pueblo le teme al ajuste inevitable que en realidad deberán hacer Scioli, Macri o Massa. De este modo, el gobernador mantiene por ahora la delantera. La esperanza de Massa es que el pequeño repunte en las encuestas, que su candidatura se consolide y logre desalojar a Macri del segundo lugar, cosa bastante poco probable. Siempre en el marco de esta visión optimista del tigrense, los votantes pederían el miedo ante un equipo económico del Frente Renovador encabezado por Roberto Lavagna, un gran piloto de tormentas económicas. Hoy por hoy, esta alternativa está lejana y lo concreto es que seguirán los vaivenes del dólar blue. Sí es cierto que el miedo que instala el gobierno frente a un eventual gobierno de Macri está surtiendo efecto. El jefe de gobierno, que ya sufre las consecuencias de la derrota de Miguel del Sel en Santa Fe, repite la palabra cambio pero no da seguridades de que no se produzca una gran devaluación si llega a ser presidente.

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