Por Alexis Di Capo.-

María Eugenia Vidal es, de las figuras del PRO, la que se encuentra en una situación más especial. Sus chances de descontar los 18 puntos que le lleva Axel Kicillof son ínfimas. Y si Mauricio Macri lograra -lo que también es altamente improbable- acceder al ballotage, el éxito sería de éste y ella igualmente dejaría la gobernación el 10 de diciembre próximo. Por lo tanto, a su alrededor se hacen planes para su futuro político. Uno de los mismos es que ella y Horacio Rodríguez Larreta protagonicen en el 2020 un relanzamiento del PRO con Macri dando un paso al costado al menos por un tiempo. En otras palabras, que la gobernadora podría pasar a ser la virtual rearmadora del macrismo y jefa de la oposición, en tanto que Rodríguez Larreta se proyectaría como el candidato amarillo para el 2023. Pero los resultados de las PASO lastiman este proyecto, desde el momento en que, con excepción de Vicente Lopez y San Isidro, los municipios importantes del conurbano donde gobierna Juntos por el Cambio sufrieron una merma enorme de votos que, de confirmarse en octubre, implicaría la pérdida de los mismos. Con su base territorial de intendentes y legisladores achicada, el reciclaje de Vidal sería más dificultoso, aunque después del jefe de gobierno porteño sigue siendo la que tiene más poder propio.

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