Por Guillermo Cherashny.-

Hace unos días anunciamos que después de Río Negro y Chubut se esperaba una gran paliza en la provincia de Entre Ríos, donde se realizaron las PASO a gobernador. Pero fue mucho mayor que la caída en Chubut al tercer lugar después de los dos peronismos. En efecto, el gobernador Bordet ganó con el casi el 59% al casi 34%, en un resultado que demuestra que la grave recesión con inflación que sufre el país no se atenúa en provincias como Entre Ríos, donde el campo obtuvo una cosecha record y donde se debió apreciar la mejora económica, pero no fue así, aunque el gobierno nacional refiere que entre Scioli y Massa tuvieron el mismo porcentaje en las elecciones a gobernador en el 2015. En el 2017 el mismo Benedetti ganó con el 53% al peronismo entrerriano en las legislativas de ese año pero entonces con una economía en crecimiento, créditos hipotecarios y aumentos salariales, en tanto ahora sólo hay aumentos precios y la plata no alcanza. Hubo polarización, pero una diferencia de 25 puntos y, si el peronismo se une en todo el país, el triunfo en primera vuelta estaría asegurado, obteniendo el 45% de los votos. Pero para lograrlo debería producirse un renunciamiento de todos los candidatos actuales y elegir como candidato a un gobernador peronista exitoso que logre aglutinar al peronismo, cristinismo y Alternativa Federal, algo difícil de lograr pero no imposible, si se puede entablar un diálogo constructivo.

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