Por Carlos Tórtora.-

El calendario entra en su cuenta regresiva para Juntos por el Cambio y ya casi ningún dirigente apuesta a que se pueda evitar la interna entre Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal en la Capital. Así las cosas, se daría por primera vez una primaria donde se dirime una cuestión estratégica: quiénes conducirán al PRO camino al 2023 y, sobre todo, qué presidenciables quedan. Son muy pocos los antecedentes de PASO con alguna significación. Uno es el de UNEN en el 2013, cuando Elisa Carrió venció a Martín Lousteau, y otro es la que protagonizaron Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti en el 2013.

Ahora aparecen así dos horizontes muy distintos. Si se impone Bullrich, Mauricio Macri tendría reabierto el camino para ser candidato a presidente. Un triunfo de Vidal, en cambio, eclipsaría a Macri y lo colocaría a Larreta a las puertas de ser candidato. Esto es excepto que Vidal, triunfadora en la elección porteña, le apuntara a la presidencia en el 2023 en lugar de conformarse con la jefatura de gobierno.

La amenaza de la crisis

La PASO entre Bullrich y Vidal sería la excepción en un contexto donde -una vez más- la casi totalidad de los partidos y alianzas presentarían listas únicas. No hay duda de que la interna del PRO concitaría más votos, al haber competencia, que si se tratara de una lista única. Y cabe preguntarse si no habría en esta PASO participación masiva de votantes kirchneristas buscando inclinar la balanza hacia alguno de los dos bandos.

Para Juntos por el Cambio, se trataría de una prueba de fuego en la que estaría en juego la subsistencia de la alianza opositora. Ésta debería poder demostrar que la pulseada entre las dos facciones se encauza en los carriles controlables de una primaria sin desbordarse en una crisis fuera de control. Macri y Larreta venían desde hace meses evitando colisionar, postergando la definición de quién conducía al PRO. La definición de la lista de diputados por Capital es la llave de la candidatura presidencial para el 2023 y le pone punto final al juego dual entre Macri y Larreta.

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