Por Guillermo Cherashny.-

Finalmente el juez federal Ariel Lijo liberó de todo delito a Juan Gómez Centurión, el ex administrador de aduana a quien hizo relevar por una denuncia anónima que se sospecha la armó el abogado Maximiliano Rusconi con la ministra de seguridad por rumores que señalaban que el militar la iba a reemplazar en ese ministerio. El comportamiento de la ministra fue muy malo, ya que en lugar de comentarle a tan alto funcionario como es el administrador de aduanas que había una denuncia en su contra, fue directo al presidente para no dejarle otra salida que hacerlo renunciar a su cargo y, como en el barrio, a ese accionar se lo llama «alcahuetear» a un colega y la única explicación es que el Dr. Maximiliano Rusconi es el abogado de dos presuntos contrabandistas como los hermanos Paolantonio, quienes fueron denunciados por el militar. Y está comprobado que la denuncia contra Gómez Centurión, aparte de ser editados los whatsapps, tiene los mismos argumentos que la defensa de los Paolantonio, cuyo dudoso accionar fue denunciado varias veces por el periodista Matías Longoni del diario Clarín.

Pero los más grave es que los funcionarios desplazados por Gómez Centurión -que reportaban a Ricardo Echegaray- volvieron a sus cargos de la mano de Alberto Abad, el administrador de la AFIP, por lo cual, pese a que el juez Lijo lo declaró inocente, da la impresión de que Abad -que lo echó por teléfono- no quiere que vuelva pero el presidente le prometió al militar que si la justicia le daba la razón volvería a su cargo.

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