Por Rodolfo Patricio Florido.-

Tengo una absoluta coincidencia con la primera frase del periodista de La Nación, Jorge Fernández Díaz citando a Gramsci… «El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos.»

La situación es delicada y aunque los datos macroeconómicos puedan visualizarse como que comienzan a revertirse favorablemente hacia el tercer trimestre de este año y el año entrante, seguirá siendo delicada porque se perdió la iniciativa política. El Presidente debe hablarle al país. De lo contrario, la violencia de unos pocos, podrá más que la inmensa pasividad de las mayorías.

Es más que claro y sobran en abundancia los indicios y los hechos que muestran claramente que un plan en desarrollo se orienta a generar desbordes, violencia y quizás hasta algún asesinato de envergadura institucional. El objeto es, claramente, detener los procesos judiciales que terminarán irremediablemente con múltiples funcionarios, empresarios, familiares de estos, narcotraficantes y policías relacionados con el pasado Gobierno, presos.

Es mucho lo que está en juego para estas bandas de delincuentes multimillonarios, sobre todo si la razonabilidad y racionalidad humana y política se mueve por los carriles convencionales. En otras palabras, la convencionalidad está dinamitada. Y, el país debe saberlo de boca de su Presidente, eventualmente con su Gabinete político presente, y no por terceras personas o esperando resultados judiciales que, por más acertados que pudieran ser, siempre sucederán después de los hechos. Y, esto, no es culpa de la Justicia. Ésta, por definición, juzga lo que sucede o sucedió y no lo que pueda suceder.

El 11 de este mes, cuando aún no se hablaba de esto, escribí la nota intitulada: “Plan de desborde y / o de un magnicidio”. Quince días después Julio Blanck habló sobre el “Plan Talonario” (https://www.informadorpublico.com/politica/plan-de-desborde-y-o-de-un-magnicidio). Terminaba aquella nota diciendo: “Es de imaginar que el Estado Nacional y el Gobierno…, analicen seriamente esta hipótesis con variedad de indicadores objetivos… Si hablar ayuda a evitar en todo o en parte la perversión de quienes no dudarían a la hora de sembrar caos y muerte, el análisis habrá dado sus frutos. Simplemente hay que tener en cuenta algo… el caos no es siempre anarquía desbordada, muchas veces es el producto consciente de quienes saben más de destruir y de manipular que de construir y conducir”. Como me dijo un empresario amigo, Domingo Di Tullio, “el que no planifica, planifica su fracaso. 15 días después, todos hablan de esto, pero los hechos siguen dominando el día a día y la reacción no existe más allá de lo descriptivo de los mismos o de la irracionalidad de estos hechos.

El desorden institucional es cuasi absoluto está ya desbordado. Y, hasta la supuesta oposición más racional apuesta -en algunas de sus expresiones políticas- a cosechar los efectos políticos de la anarquía en desarrollo. Dirán, palabra más palabra menos, cosas como “nosotros queremos darle gobernabilidad al actual gobierno pero no podemos hacernos cargo si no hacen lo que nosotros le sugerimos que haga”. Estas expresiones no son ingenuas. Quedaron terceros hace 9 meses, pero se cuelgan del desorden y la violencia que expresa el cristikirchnerismo, criticándolo pero afirmando en paralelo que es el Gobierno Nacional el responsable de esa violencia social contenida. Juego perverso si lo hay. No faltan 12 meses para las elecciones presidenciales, pero se comportan como si así fuese. Las afirmaciones, si las analizamos bien, son absurdas. Traducidas más claramente es como si dijeran: salimos terceros, pero si no hacen lo que nosotros decimos y cargan con los costos de ser quienes gobiernan, no tendremos más remedio que impedir la gobernabilidad por decisión de ustedes y no nuestra.

Claro que también hay una cierta lógica en este planteo. Es también cierto que el Gobierno Nacional se comporta con una dosis de ingenuidad política que abruma. Los Ministros provenientes de exitosas empresas, actúan como si estuviesen en esas empresas y no terminan de comprender que están en el Estado Nacional que hay, no en el que sueñan que haya algún día. Las capas geológicas que se amontonan de Gobierno en Gobierno, son pesadísimas y cada una de ellas sueña con el retorno de sus propios antiguos líderes. Y, esto, no es una empresa privada en donde si alguien no se ajusta a los planes de la empresa, es indemnizado y echado. No funciona así. No lo comprenden. Se horrorizan porque el líder docente que coordina un paro nacional está al otro día en un acto con Luis D´Elía y Esteche de Quebracho. ¿Qué esperan, que la sociedad masivamente se dé cuenta? No sucederá excepto que el Presidente se los diga y eso tampoco es una certeza, es un quizás, aunque ese quizás sea más probable que la inacción misma.

La oposición dice (como dijo hace 48 horas Alberto Fernández del Frente Renovador) que; “el gobierno tiene un problema de gestión muy grave, no saben gestionar el Estado, no se puede venir a aprender a ser funcionario de Gobierno”… “estamos con un gobierno que no controla la Cámara de Diputados, ni la Cámara de Senadores, ni la Justicia. Tiene que corregir el rumbo y hacer lo que le indicamos”.

Fernández tiene razón en alguna de esas afirmaciones, pero no hay peor mentira que una verdad a medias. El anterior Gobierno tenía una inmensa capacidad de gestión gubernamental, controlaba las dos Cámaras legislativas y al Poder Judicial, casi con la excepción de la Corte Suprema. Y, ¿de qué sirvió toda esa capacidad? El país quedó destrozado, sus estadísticas eran inexistentes, falsas o mentirosas, la inseguridad creció a niveles nunca vistos, la impunidad de los corruptos solo alentaba la existencia de más corruptos, las cúpulas policiales quedaron mezcladas con los delitos más aberrantes, el narcotráfico creció a niveles nunca vistos, el nivel educativo se desplomó, la generación de energía para crecer se destruyó, las escuelas y hospitales inaugurados eran cáscaras vacías cuando no eran simplemente un relato de construcciones inexistentes, las rutas construidas no se terminaron o no iban a ningún lado, los sobreprecios eran impresionantes, cajeros de banco terminaban siendo empresarios multimillonarios, jardineros y secretarios privados también, el trabajo digno se sustituyó con planes sociales sin contraprestación alguna, etc., etc., ¿Para esto sirvió toda esa capacidad de gestión?

Si bien puede entenderse que Mauricio Macri quiera diferenciarse de la ex Presidente en cuanto al uso de las Cadenas Nacionales, va siendo hora que la use y que no piense que su paso exitoso por Boca Juniors o por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es por sí mismo un antecedente valido y transferible al Gobierno Nacional de toda la República. Claramente fueron buenas o muy buenas gestiones, pero tampoco es para cebarse en esto. Boca Junior es el club con más afiliados del país y todos son boquenses, ni un opositor quiere ver a su equipo irse al descenso pensando que eso le garantizará su cuota futura de poder. No sucede lo mismo en la Nación. Y, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, aún teniendo problemas de gestión anteriores a Macri, es una Ciudad comparativamente rica que hasta aguantó a un cuasi fracasado como Aníbal Ibarra que de no ser por Cromagnon todavía estaría dando lecciones de gobernabilidad. O a un De la Rúa que se lanzó y obtuvo la Presidencia de la Nación después de una anodina gestión porteña.

Está claro que el país necesita otro tipo de política. Eso es cierto. Pero, es imposible pasar de un viejo y fracasado paradigma de autoritarismos omnipresentes a un republicanismo moderno y tolerante en un solo momento de tiempo. Para ponerlo en términos futbolísticos. No se puede jugar como el Barcelona con los jugadores de Deportivo Cambaceres. Y, eso es Luis D´Elía llamando a la Marcha Federal del 31 de agosto al 2 de septiembre bajo el lema…:

“Movilicemos un millón de argentinos en la calle y pongamos fin a la fiesta de los ricos. Chau Macri”. O un Fernando Esteche de Quebracho afirmando… “Este gobierno va hacia una crisis segura, que ayudaremos a desatar”.

Todo esto sucede. Es cierto. Como también es cierto que la desocupación creció y que la inflación creció. Pero también es absolutamente cierto que dejaron una bomba instalada para que le estalle al gobierno que llegara. Sea este el de Macri, sea este el de Scioli. Ahora, se solazan por los efectos de la bomba que dejaron instalada y se desentienden sobre que fueron ellos quienes la construyeron. Aún así, el actual Gobierno Nacional no está haciendo NADA que se note para que se conozca en detalle y con claridad brutal lo que recibieron. El informe sobre el Estado del Estado que encontraron, es ilegible. Escrito para historiadores y no para ciudadanos comunes. Tampoco han hecho NADA para corregir el Código Penal y modificar la velocidad de los juicios e incrementar sensiblemente las penas. Tampoco han hecho NADA para acelerar el proyecto de la Ley de “Extinción de Dominio”. Es más, la gente, si hacen una encuesta, no tiene ni idea que significa “Extinción de Dominio”. Se miente o se calla sobre TODO. En simultaneo se habla de los salarios docentes y los paros pero no se marca y remarca que los pibes que hoy tienen entre 17 y 30 años han salido (los que terminaron) del secundario con un nivel de instrucción cultural que no alcanza al primario de hace dos décadas. Y, eso, es responsabilidad de las autoridades públicas, los dirigentes docentes, los docentes, los directivos y las mismas familias que ven pero callan sobre el nivel de educación pésima con que sus hijos terminan los colegios. TODOS, absolutamente TODOS, saben que los chicos aprueban las materias y pasan los años sin esfuerzo alguno. TODOS, absolutamente TODOS, saben que los docentes tienen miedo de reprobar un pibe y, si bien no lo escriben, hablan off the record, sobre las indicaciones jerárquicas que tienen para aprobar los chicos hagan lo que estos hagan. NUNCA hubo más dinero presupuestario que en la última década, sin embargo NUNCA cayó más la educación. ¿Alguien puede explicar cómo se puede ser peor educado, teniendo más dinero, computadoras gratis, etc., etc., etc.?

Tienen que tener en cuenta que quienes quieren terminar con este gobierno incluso antes de las elecciones de medio término, podrían no solo estar financiados por parte de la plata enterrada de la corrupción sino también por el narcotráfico y sectores policiales que se comportan más como conductores de delincuentes que como fuerza disuasiva y represiva del delito. Y, ninguno de estos tres actores son niños de pecho que van a entregar sus huesos a las cárceles argentinas sin haber intentado antes destruir con lo que puedan o los dejen a toda experiencia política que pueda devolverlos a la condición de sombras de las cuales nunca deberían haber salido.

La droga destrozó e instaló la violencia en la sociedad. Es cierto. Como también es cierto que no están haciendo absolutamente nada desde hace dos décadas. Las penas son una broma, estamos llenos de funcionarios políticos, legisladores, policías y hasta miembros del poder judicial que son consumidores habituales de cocaína y si a alguien se le ocurre establecer una rinoscopia como condición para ser funcionario, todos saltan al grito de que eso es parte de “su vida personal y privada”. HIPÓCRITAS. Cada vez que un funcionario toma droga es porque se la compró a un narcotraficante y por lo tanto deja de ser parte de la solución para ser parte del problema.

Hay mucho que cambiar y debe ser explicitado. Si el Presidente de la Nación no lo hace, no lo anuncia y no pone al Parlamento a trabajar con intensidad o a ponerse en evidencia como socios del fracaso y culpables de no darle a la sociedad honesta y trabajadora las respuestas y acciones que esta reclama, más allá de grupos minoritarios que copan el silencio de las mayorías con supuestos reclamos de progresismo en donde realmente hay un anarquismo silente que quiere instalar la violencia y el desorden donde la sociedad votó un cambio orientado a una normalidad democrática, plural y tolerante. Complementado la frase del principio que decía “el que no planifica, planifica su fracaso”, podríamos complementarla diciendo que; el que pierde la iniciativa está condenado a entregar el poder a quien si se anime a conducirse en la dirección que el pueblo reclama.

Esto es grave y ahora lo escribió el prestigioso periodista Julio Blanck en su nota Operación “Talonario” donde afirma que: “El Ministerio de Seguridad bonaerense detectó un encuentro entre jefes policiales despedidos y sancionados. Fue en un barrio de La Matanza. Todos tenían algún rencor acumulado contra la actual administración provincial por negocios caídos. Según fuentes ministeriales, allí se habló de poner en marcha una Operación Talonario. Es el nombre pretendidamente jocoso para una amenaza directa: le pusieron “talonario” porque harían “boleta” a la gobernadora María Eugenia Vidal, al ministro Cristian Ritondo y al jefe civil de Asuntos Internos de la Bonaerense, Guillermo Berra”.

Es imperativa una Cadena Nacional YA.

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