Por Guillermo Cherashny.-

Cada vez es más usual que el presidente y los encumbrados dirigentes de Cambiemos utilizan la palabra mafia para describir a todos los que se oponen a sus intentos de oponer un unicato político. Da lo mismo calificar de mafia a Castillo de La Salada, los jueces laborales, la oposición -a los que describe como mafiosos o cómplices de ella-, adjudicándose el monopolio de la lucha contra la corrupción, de forma que han decidido que sea el eje en la campaña en la provincia de Buenos Aires contra las ferias clandestinas, la bonaerense y el narcotráfico, por el que responsabiliza al cristinismo, pero cuando pueden se lo achacan también a 1País, porque necesitan imperiosamente esos votos, que le dieron el triunfo en el ballotage.

Lo que trata el gobierno es de no hablar de economía, por la caída del índice de confianza del consumidor de la Universidad Di Tella, que da un nivel tan bajo como en el 2009. Encima, la suba del dólar es un cisne negro que le apareció a Cambiemos, que seguro ya se está trasladando a los precios, porque ayer tocó los $ 17,40 y el índice de junio será de 1,5% y para julio ya pronostican el 2% que será anunciado unos días antes de las PASO. La aparición de brotes verdes en la economía no llegan ni llegarán al electorado para las PASO y por eso el gobierno está en serios problemas en la provincia de Buenos Aires en una elección de tres tercios.

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