Por Carlos Tórtora.-

La tensión entre JxC y La Libertad Avanza tiene dos focos. En primer lugar, Javier Milei tendría la última palabra en un ballotage entre el Frente de Todos y la coalición opositora. Segundo, si él presenta candidato propio a gobernador de Buenos Aires, lo más probable es que JxC pierda la elección provincial que se define a favor del que tiene un voto más. Patricia Bullrich acaba de intentar una fórmula de acuerdo que consistiría en que el economista liberal presente su propia lista de gobernador para abajo dentro de JxC. Este arreglo es imposible, porque la Libertad Avanza debería entonces pasar a integrar JxC, lo que le resultaría inaceptable.

El líder de los libertarios ha hecho de la crítica a JxC una de sus principales banderas y no tiene espacio para un acuerdo. Tal vez sí lo tendría si Bullrich fuera la candidata a presidente pero justamente eso es lo que no se sabrá hasta que finalice la PASO. Con Larreta candidato, desde ya que no hay ninguna posibilidad de que Milei acuerde.

Con este panorama, el futuro electoral de Diego Santilli aparece seriamente comprometido.

El ballotage

El otro capítulo de esta pulseada es el ballotage. Aquí se repite el esquema. Si Bullrich fuera candidata, no sería descabellado que Milei indique votar en segunda vuelta por JxC. Pero con Larreta esto es imposible. La solución ecléctica para el jefe de La Libertad Avanza sería dejar en libertad de acción a sus votantes y que estos opten por el mal menor. De cualquier modo, el panorama no deja de ser inquietante para la coalición opositora, ya que depende de una tercera fuerza.

La hipótesis ganadora para el kirchnerismo requeriría de un gran éxito económico de Sergio Massa para concretarse. Se trataría de que el FdT llegue al 40% de los votos y que -gracias al efecto Miley- JxC no alcance al 30%, con lo cual no habría segunda vuelta. En este sentido, el kirchnerismo depende casi por entero de la suerte de Massa.

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