Por Guillermo Cherashny.-

El presidente decidió que Elisa Carrió, Guillermo Dietrich y Patricia Bullrich manejen la campaña con eje a las elecciones generales del 27 de octubre, porque considera que hay que seguir con la polarización extrema que lo llevó a la derrota contundente del 11 de agosto pasado. No se entiende por qué decidió seguir con la misma estrategia de confrontación pero así es el Macri auténtico que quiere resaltar los 70 de años desastre peronista que martilla Lilita Carrió, las obras de infraestructura que publicita Dietrich y la mano dura en seguridad que proclama Patricia Bullrich. Además, es el pensamiento de los fanáticos antiperonistas y antikirchneristas que publican diatribas en las redes sociales como Twitter y Facebook, donde denuncian que hubo un fraude informático en las PASO. Dicen que Starmatic es una empresa venezolana que Maduro infiltró en las elecciones o bien que los «traidores» de adentro de Cambiemos no fiscalizaron y por tanto los peronistas les volcaron los padrones, o sea, que perdieron por un fraude y si se fiscalizan todas las mesas es posible que se pueda lograr un ballotage.

No se sabe si el presidente es consciente de que no tiene ninguna chance pero pone al frente a los halcones para levantar anímicamente a los fanáticos de Cambiemos o bien él mismo cree que tiene alguna chance.

Lo curioso es que al igual que el kirchnerismo cuando perdió las legislativas en 2009, el intendente Ishii dijo que saldría a cazar a los traidores, lo mismo pasó con Carrió, quien tiene como objetivo a Rogelio Frigerio, a quien acusa de peronista, y también integran esa lista los radicales Cornejo y Morales.

Así las cosas, se viene una campaña caliente para motivar el fanatismo antiperonista.

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