Por Guillermo Cherashny.-

El domingo, Elisa Carrió lanzó su candidatura a senadora nacional en el 2017 en la provincia de Buenos Aires. Utilizó la indignación de la mayoría de la gente contra la justicia federal por su inacción en juzgar al Kirchner-cristinismo y sobre esa base desplegó una estrategia por lo menos soberbia que se manifestó cuando dijo que subieron los femicidios por los políticos y porque la sociedad toleró cuando el gobierno la acusó de «loca y gorda», lo cual es un disparate total y una muestra del elevado concepto que Carrió tiene de sí misma y de su destino providencial.

El otro acto de soberbia fue decir que le haría muy mal a su gobierno si a fin de año, cuando cumple 60 años, se jubila de la política, por lo cual es imprescindible que siga como garantía republicana como candidata a senadora por Buenos Aires, donde fijó domicilio electoral hace cerca de seis meses. Y si bien no lo dijo claramente, sabemos que es así, porque está reorganizando la Coalición Cívica en la provincia y en Santa Fe, donde el ex diputado Pablo Javkin la abandonó.

Está claro que tiene todo el derecho de ser candidata, pero el PRO y la UCR tienen otros candidatos, como Jorge Macri y alguna mujer del PRO o radical. Carrió está dispuesta a competir en las PASO pero, como sabe que tiene pocas posibilidades de ganarle a Jorge Macri, quiere que el presidente la ponga en el primer lugar. Pero no utilizó el camino correcto para llegar a Mauricio Macri al plantear: «yo o Angelici» y que Nicky Caputo venda sus empresas de la construcción. Quien conoce al presidente sabe que no acepta que lo presionen en público. Carrió es una política muy inteligente y sabe que el primer mandatario no puede optar entre ella o Angelici y menos desplazarla, porque Lilita fuera de Cambiemos le haría un daño similar o peor que el de Chacho Álvarez a Fernando de la Rúa, más teniendo en cuenta que, pese a que se derogan las leyes que impedían salir del default, la economía este año caería entre el 1,5 y el 2% del PBI y la ruptura del frente electoral sería muy grave para el PRO. Por eso Macri no se desprenderá de Angelici y tampoco la desautorizará a Carrió por el momento; total, las elecciones son en octubre del 2017.

La demolición que inicio Carrió también tuvo como víctima a Sergio Massa, a quien volvió a acusar de narco, y a Margarita Stolbizer, ex aliada suya al, decir que no denuncio la corrupción años atrás, lo cual es poco serio. Pero ataca a ambos porque son candidatos a ganarle si ella encabeza la lista de Cambiemos, porque en el conurbano no tiene ningún apoyo.

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