Por Guillermo Cherashny.-

Gran conmoción causaron las amenazas que recibió el fiscal penal Cartasegna el sábado pasado, cuando fue abordado en su auto y le pegaron unos golpes diciéndole que no investigara más porque si no, lo iban a matar. A partir de ahí se supo que el fiscal Martini le mandó un expediente sobre los abogados caranchos vinculados a los comisarios que recibieron sobres con dinero de la recaudación. Esa causa la recibió recién el martes, cuando ya tenía custodia de la Bonaerense. Y a esos escoltas, el miércoles pasado los dejó ir y una hora después entraron a su despacho una o dos personas que lo ataron con los cables de la computadora, lo golpearon y escribieron con azúcar el nombre de Nisman, lo que motivó que todos los medios de comunicación acusaran a los «pata negras» que le enviaban un mensaje a la gobernadora Vidal para que deje de «luchar contra las mafias provinciales». Y así fue que los grandes medios lo interpretaron vinculándolo con el asesinato de Nisman, con el impacto que ese crimen tuvo y tiene en la sociedad.

Si esta tesis fuera cierta, es obvio que fue un fracaso total y que está dejando en ridículo a todos los medios y el periodismo, que ahora está rebobinando y se habla de una vendetta contra Cartasegna sin vincularla con los sobres de las comisarías de La Plata.

Este tipo de operaciones o montajes son de manual para los asesores de campaña en los Estados Unidos y Europa, de ahí que podría ser una operación que, por burda, salió muy mal.

Share