Por Guillermo Cherashny.-

Los jueves de estos últimos años se hacían unos almuerzos en el comedor de la Gendarmería Nacional, organizados por Antonio Cafiero hasta su fallecimiento, a los que concurrían más de 20 dirigentes kirchneristas y opositores dentro del peronismo. El organizador siempre fue el joven dirigente Guillermo Piuma, muy cercano al gobernador Juan Manuel Urtubey. Recién el jueves pasado se reunieron nuevamente en el restaurant Moliere de Chile y Balcarce a donde sorpresivamente concurrieron 80 personas, la mayoría de más de 60 años pero con una gran trayectoria en el peronismo, aunque había sub 40 y sub 50, quienes asistieron a una catarsis que tuvo como principal orador al ex gobernador José Luis Gioja, quien dijo que había que tener conciencia de que se perdió y que había que unirse para ganar en el 2017. Ahí saltaron varios dirigentes que se habían opuesto al cristinismo, criticando al sanjuanino, que habló de la unidad de todos los sectores.

Las críticas fueron unánimes en que no había que incluir a La Cámpora y que tenía que haber elecciones internas y no un pacto de corruptos y señores feudales del interior y que, así como estaban las cosas, habría una intervención judicial y llamado a elecciones.

Gioja aguantó y les dio la razón a las críticas, pero se mantuvo en lo de la conducción unificada. Sin embargo, lo más destacado es que en ningún momento se escuchó el nombre de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner.

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