Por Sebastián Dumont.-

La declaración indagatoria de Cristina Kirchner ante el juez Claudio Bonadío hizo añicos los deseos esbozados por sus actitudes, de un grupo importante de dirigentes del Frente para la Victoria para diferenciarse de lo más ortodoxo que representa el sello K: La Cámpora y los sectores como el de Martín Sabbatella o Luis D’Elía. La movilización a Comodoro Py los vuelve a mostrar a todos juntos. Atrás parecen haber quedado los tiempos donde se soñaba con abandonar la sigla FPV para rescatar el PJ.

Cristina Kirchner y Mauricio Macri ocupan la centralidad de la política argentina por estas horas. Nada nuevo, salvo para aquellos dirigentes del Frente para la Victoria que venían buscando la manera de marcar diferencias con un espacio que, por sus formas y métodos, llevó a la derrota más fuerte desde la democracia hasta aquí, porque esto incluyó la provincia de Buenos Aires. Algo que nunca había sucedido.

Desde allí, desde la Provincia, se empezó a gestar la idea de una renovación de dirigentes cuyo pasado cercano está muy vinculado con las organizaciones K más ortodoxas. De todas maneras, lo intentaron. Hasta este miércoles 13, donde volverán a mostrarse todos juntos. Esto significa volver a compartir escenografía con los pibes de La Cámpora.

Es más, varios de los intendentes llamados “dialoguistas” pondrán su estructura para llegar hasta los tribunales. Desde hace unos días que les vienen advirtiendo a los empleados la obligación de acompañar la movilización. Para disimular que ponen plata en micros, decidieron ir en tren. Los casos más extremos son de aquellos que aseguran haber recibido ofertas de hasta 500 pesos para una jornada de apoyo a CFK.

También es cierto que habrá personas autoconvocadas que lo hacen por estar convencidos de los beneficios de la década K.

El tema es que aquellos que pretendían mostrar la cara más racional desde el peronismo ahora están complicados. Tendrán que mimetizarse una vez más bajo la conducción de Larroque, Wado De Pedro, o peor aún, de Martín Sabbatella. No fue magia.

Su costado más K se vislumbró cuando en un comunicado le piden al presidente Macri que deje atrás el revanchismo. Raro. Justo el kirchnerismo pide dejar atrás las revanchas. Una mezcla de todo. En la lógica predominante durante los últimos años, la justicia era un apéndice del gobierno de turno.

Un dato importante: el apoyo a CFK es porque está cuestionada por la justicia. Aclararlo no está de más.

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