Por Guillermo Cherashny.-

Una vez por semana se realiza una comida a la que concurren dirigentes políticos y periodistas. El motivo por el cual se reúnen es uno: Cristina. Minutos antes de comenzar el almuerzo, votan, entre ellos, si será Cristina quien entregue su banda presidencial el 10 de diciembre o si será el vicepresidente del senado, Gerardo Zamora. Lo sorprendente es que el resultado final es siempre el mismo: un empate. Debido a que, como muchos sospechan, no le será grato entregar la banda a alguien de un cargo inferior a ella.

Por otro lado, esta semana el Papa Francisco viajó a Norteamérica y su visita tuvo varias repercusiones. Por un lado, en su estadía en Nueva York, las fuentes del Vaticano señalan que no fue a Cristina a quien el Papa no quiso dar una audiencia privada sino al jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, quien fracasa en conseguir esa reunión hace tiempo.

Sin lugar a duda, a la presidente le hubiera encantado formar parte de esa reunión pero no le avisaron, o si lo hicieron, Eduardo Valdez, el embajador en el Vaticano, no le dio una respuesta.

Cristina se reunió con Raúl Castro en el Palacio de la Revolución y asistió a la misa que brindó Francisco en Cuba. Fuentes cercanas estiman que en la charla que mantuvo la presidente con Raúl Castro se abordaron temas de fuerte preocupación para el mundo y la región. Además, destacó la mención que hizo el Sumo Pontífice de la relación más abierta entre el gobierno venezolano y las FARC.

Desde Nueva York dijeron que el Papa recibirá a la presidente el 10 de diciembre, justo el día que tiene que entregar la banda presidencial. Sin embargo, si decide viajar a Roma, no estará en la Casa Rosada. por lo cual. quien entregaría en este caso el mandato al próximo gobierno electo sería el presidente provisional del senado. como la mitad de los concurrentes de los almuerzos semanales estiman.

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