Por Sebastián Dumont.-

La escenografía del acto de Cristina Kirchner en La Plata marcó el nuevo momento de la relación de la ex jefa de Estado con los intendentes del conurbano. Volvieron a ser parte importante del dispositivo, al ocupar un lugar central en el palco junto al resto de los candidatos. La modificación del vínculo comenzó a darse desde la semana pasada cuando, primero en Lomas de Zamora y después en Merlo, hubo encuentros con los jefes comunales. Allí quedó ratificado el adelanto de este medio cuando se dijo que, ante los rumores de un supuesto enojo de CFK con los intendentes, la realidad era al revés. Eran los propios alcaldes quienes estaban enojados por el poco protagonismo en la campaña de las PASO. Aquí hay un punto clave. Con el resultado tan cerrado, la fiscalización de las urnas en el conurbano termina siendo más que importante. Y los únicos que pueden garantizar esos dispositivos son los jefes territoriales. Ni la Cámpora, ni Nuevo Encuentro. De todas maneras, el peronismo está en proceso de agitación en la provincia de Buenos Aires, donde Sergio Massa también jugará un rol importante. La visita del gobernador de La Rioja Sergio Casas muestra que los gobernadores peronistas también miran con atención lo que sucede en la principal provincia argentina.

El ajustado resultado de las PASO bonaerense obliga a Cristina Kirchner a tener que cambiar en parte su estrategia. Al menos en darle un trato diferente a los intendentes del conurbano. Si bien las necesidades son mutuas, la realidad es que con un numero tan cerrado, pasa a cobrar un rol cada vez más importante la fiscalización. Cristina Kirchner tiene los votos, pero debe ponerlos en las urnas. Y sobre todo contarlos. En ese aspecto, los únicos que pueden garantizar el control son los alcaldes.

La semana pasada adelantamos que había molestia de los intendentes por el trato de Cristina Kirchner en la campaña, cuando lo que había trascendido era distinto. Se llegó a decir que la ex presidente había insultado a Martín Insaurralde y a Fernando Espinoza. Raro. Si se mira donde asentó ese 0,21 por ciento Unidad Ciudadana, muy importante fueron los distritos de Lomas de Zamora y, ni hablar, de La Matanza.

Las charlas de la semana pasada, el viernes con los intendentes de la tercera sección electoral y el sábado en Merlo con los de la primera, es una clara demostración de la nueva manera de relacionarse. Y quedó confirmado en el acto del día miércoles en La Plata. En el ámbito de las señales, los sitios elegidos no parecen ser casuales. Tanto Martín Insaurralde como Gustavo Menéndez, tienen aspiraciones más allá de sus propios territorios. Este último no oculta su idea de pelear por la presidencia del PJ bonaerense a finales de este año, tema que ya conversó con Fernando Espinoza.

Las relaciones entre CFK y los alcaldes peronistas es una cuestión de mutua conveniencia y, en principio, un contrato hasta octubre. Ella necesita no perder su invicto y ellos sumar lo más posibles concejales para estar más tranquilos. Pero desde el 23 de octubre, el peronismo se dará una nueva discusión.

Y allí, como se adelantó en este medio, está en proceso de reconstrucción la liga de intendentes, que incluye a Massistas y Randazzistas. Claro que la provincia de Buenos Aires será otra vez donde se posen las miradas para la reconstrucción del peronismo. En ese contexto, no puede ser pasado por alto el encuentro en Tigre de Massa con Sergio Casas. Si el ex intendente de Tigre mantiene en gran parte su caudal de votos de las PASO, será un actor importante en la mesa de discusión. Los gobernadores tienen la amenaza de lo que pueda decidir la Suprema Corte con respecto al Fondo del Conurbano. Allí radica una de las principales peleas. Por tal razón, cuanto más fuerza legislativa tengan los jefes de provincia, mejor para ellos. Y Massa cuenta todavía con mucho para aportar.

Así como Unidad Ciudadana parece ser sólo una referencia electoral coyuntural, al menos para los intendentes peronistas, el Frente 1País, de Massa y Stolbizer transita por el mismo camino. Ante el avance de Cambiemos, el peronismo tenderá a unificarse. Aunque tenues aún, se están dando las primeras señales.

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