Por Carlos Tórtora.-

Un grupo de gobernadores, encabezados por el tucumano Juan Manzur y el sanjuanino Sergio Uñac, junto con varios de los principales gremios de la CGT, están interesados en que Alberto Fernández asuma la presidencia del PJ nacional. Su actual titular José Luis Gioja convocó a elecciones internas de autoridades nacionales para el próximo 20 de diciembre, habiéndose prorrogado los actuales mandatos del Consejo Nacional en función de la pandemia.

Los que predican que el presidente debe asumir la conducción partidaria se basan en que es una tradición que, cuando preside el país un peronista, sea a la vez jefe del partido. La diferencia entre AF y Juan Domingo Perón, Carlos Menem o Néstor Kirchner es que los últimos eran los jefes políticos del peronismo, mientras que Alberto funciona a la sombra del liderazgo de Cristina Kirchner. Ella jamás quiso aceptar la presidencia del PJ y muy contadamente se reunió públicamente con sus autoridades. Es que, fiel a la composición de su electorado, ella lidera una amplia coalición de centro izquierda donde predomina la desconfianza hacia el aparato pejotista.

Así fue que Cristina dejó languidecer al PJ y se concentró en el Frente de Todos, como antes lo hiciera con el Frente para la Victoria.

Un presidente sin peso partidario

Ahora tanto los gobernadores como los intendentes se verían favorecidos si el presidente lo sucede a Gioja, porque el partido tendría así un rol más destacado en la política y ellos son los titulares de las estructuras partidarias locales.

Lo concreto es que en el entorno de CFK trascendió que ella no estaría de acuerdo con que AF sea presidente del PJ y estaría dispuesta a vetar el proyecto. La razón sería muy simple: en un año electoral como el 2021, el cristinismo se concentraría en rearmar el Frente de Todos como una gran coalición de centro izquierda y el PJ no sería sino uno de sus satélites. A esto se le puede agregar que presidir el PJ le daría más protagonismo al presidente, lo que no concuerda con los planes cristinistas. Hasta el momento, AF se mantiene neutral en la lucha interna peronista y rechazó las propuestas de sus amigos intendentes, como Juanchi Zabaleta y Gabriel Katopodis, para armar listas propias para las candidaturas del año que viene. Hasta ahora -y nada indica que esto va a cambiar- Alberto prácticamente moverá muy pocas fichas en el tablero electoral.

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