Por Carlos Tórtora.-

Fue contundente el dictamen del Procurador Eduardo Casal sobre el pedido de acción declarativa de certeza formulado por Cristina Kirchner para que se permita sesionar al Senado mediante teleconferencias. Al no haber una causa judicial en trámite sino una simple consulta, no hay modo de que la Corte se pronuncie, ya que no existe controversia alguna que resolver.

En palabras de Casal :“La aplicación de los básicos conceptos referidos conduce a rechazar el planteo de la actora (Nda: es quien hace la presentación judicial), en tanto ella se limita a requerir, sin que exista una causa judicial en los términos exigidos por la legislación y doctrina reseñadas, que se despeje el estado de incertidumbre con respecto a la validez de sesionar por medios virtuales o remotos con fundamento en lo dispuesto por el artículo 30 del Reglamento de la H. Cámara de Senadores, teniendo en cuenta la situación de gravedad institucional generada por el COVID-19, hipótesis que excede el marco de actuación del Poder Judicial”, sostiene el dictamen de 17 páginas.

Se descuenta que la Corte seguirá el criterio del Procurador y que rechazará entonces la acción intentada por CFK, que quedaría desairada.

Mientras tanto, Sergio Massa estudiaría agregar un anexo al reglamento de la Cámara de Diputados autorizando las sesiones por teleconferencia pero la traba existe igual, porque para reformar el reglamento hay que sesionar.

A todo esto, hay senadores -por ejemplo Juan Carlos Romero del Interbloque Federal- que proponen sesionar en recintos que permitan el distanciamiento, como el Teatro Colón o el Centro Cultural Kirchner.

Buscando una salida

El cierre del Congreso, sumado a la feria judicial dispuesta por la Corte, determina que sólo el Poder Ejecutivo continúe funcionando. Mientras tanto, comienzan a acumularse los proyectos de ley que serían urgentes, como uno de Ginés González García sobre compras de insumos médicos. A CFK y Massa el inminente desaire de la Corte los obligaría a encontrar una solución. Para Graciela Camaño, por caso, la actual situación de fuerza mayor habilitaría para sesionar por videoconferencia sin más trámites.

El paso en falso de CFK con la Corte la deja expuesta entonces al desgaste, aunque tiene su lógica. El máximo tribunal no tendría ningún interés en avalar las telesesiones, porque cualquier escándalo que se produjera caería sobre el mismo. El episodio marca también que la Corte no desea verse involucrada en el funcionamiento del Poder Legislativo apareciendo como flexible ante las presiones del kirchnerismo.

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