Por Sebastián Dumont.-

La justicia va cercando cada vez más a Cristina Kirchner y ahora también a Daniel Scioli. Nadie se anima a aventurar fecha exacta para saber cuándo las cosas pasarán de gris a negro para ambos dirigentes, que fueron los más visibles de los últimos años en el Frente para la Victoria. Se despreciaban pero al mismo tiempo se necesitaban. La realidad indica que esa lógica no se ha modificado demasiado. Es más, hasta los sectores más “dialoguistas” del Frente para la Victoria, que ahora ya no quieren denominarse así, no descartan jugar el año que viene con ellos, más que con Sergio Massa. Aunque nadie se anima a cerrar ninguna puerta y las reuniones son tan variadas como desconcertantes.

El más reciente encuentro entre intendentes bonaerenses del PJ se realizó hace unas horas en San Miguel. No pareció casual el escenario del encuentro donde el lunes, el ex intendente de allí Joaquín De La Torre asumió como ministro de la producción en medio de evaluaciones sobre un supuesto “vacío” de los mismos jefes comunales “dialoguistas”. La convocatoria del ex funcionario sciolista Franco La Porta fue de una magnitud interesante. Dieron el presente varios jefes comunales como Verónica Magario (La Matanza), Gustavo Menéndez (Merlo), Juan Zabaleta (Hurlingham), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Juan Pablo De Jesús (Partido de la Costa), entre otros. También estuvo el ex presidente de la Cámara de diputados Julián Domínguez. Nadie quiere hablar de candidaturas, pero tampoco descartan dejar afuera de su armado a Cristina Kirchner y a Daniel Scioli. Claro que hay algo sustancial que debería cambiar de los tiempos de dominio K: el método del armando de las listas.

Los intendentes creen que deben estar en el centro del armado para el año que viene e incluso en su momento llegaron a pensar en una opción propia para encarnar las candidaturas a senador o diputado. El nombre es el de Martín Insaurralde, pero las internas están a flor de piel. Es una constante entre pares. No es fácil ponerse de acuerdo.

El gobierno espera que se dividan y ellos buscan mostrar signos de unidad. Habrá que ver cómo termina la historia, para la cual falta mucho. Pero el dato central es que, con las acciones del gobierno, ninguno está preparado para decir que no podrían terminar apoyando a Cristina Kirchner y a Daniel Scioli, quienes parecen avanzar en un camino conjunto hacia el 2017. Lejos de allí, se encuentran los jefes comunales más cercanos a Cambiemos, como Alejandro Granados y Mario Ishii. El purismo de Marcos Peña es exitoso.

De todas maneras, las puertas y el diálogo con el massismo no se cierran del todo. Hace 15 días, Gustavo Menéndez recibió a Massa en Merlo y estallaron las especulaciones que el propia alcalde de Merlo se encargó de desmentir en un acto de La Cámpora en su distrito. Por estas, horas, Leonardo Nardini compartió palco con Massa en Tigre para la inauguración de un túnel. Hay más, Walter Festa, que tiene diálogo con Massa, esta semana fue a reunirse con Máximo Kirchner. Así está el peronismo fuera del poder. Buscando su rumbo. El problema es la falta de costumbre a estas situaciones de intemperie.

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