Por Guillermo Cherashny.-

El triunfo de Jorge Capitanich y sus hombres en el Chaco (él no podía ser reelecto) sorprendió a toda la oposición, encabezada por la intendente de Resistencia, Aída Ayala, quien ya se sentía ganadora, igual que Ernesto Sanz, el arquitecto de la alianza con el PRO en la convención nacional de la UCR en Gualeguaychú. Pero el socio mayor, Mauricio Macri, probablemente diga que el PRO no perdió y que una eventual alianza con Massa, ya sea como una interna amplia o con este último como candidato a gobernador, en vez de sumar, restaría. Pero Durán Barba y Marcos Peña, los hombres fuertes al lado del jefe de gobierno, ya le prepararon a su jefe estos argumentos. Fue la semana pasada, cuando se anoticiaron de que Juan Schiaretti, el candidato de José Manuel de la Sota, le ganaría a la triple alianza integrada por el PRO, la UCR y el juecismo. Luis Juez se dice progresista y por la necesidad de renovar su mandato como senador se alió con aquellos a los que siempre denostaba con sus chistes.

Entonces, con la derrota opositora en el Chaco y la posibilidad cierta de perder también en Córdoba, los dos máximos asesores de Macri coincidirían en que si el 14 de junio Miguel del Sel no gana en Santa Fe, la candidatura de aquél peligra. Por este motivo, le habrían dicho a Carlos Reutemann que no aparezca en la campaña porque, al ser peronista, confunde al electorado. Pero a Macri le habrían dicho que el «Lole» es un «viejo», que arruinaban el cambio que propone el PRO y que aleja el antiperonismo, que es la columna vertebral del partido. Es decir, los jóvenes y los antiperonistas son el «núcleo duro» del color amarillo y con respecto a Reutemann saben que no se va a enojar, porque sólo piensa en su reelección como senador nacional y no le importa otra cosa.

EL BUNKER DE MACRI

El lunes pasado, en la planta baja de la casa en Palermo Chico de Franco Macri, se hizo la reunión de la mesa chica del PRO en la cual Peña y Durán Barba se impusieron sobre Emilio Monzó y Nicky Caputo, quienes sugerían ofrecerle la candidatura a gobernador de Buenos Aires a Massa, aunque éste no da señales de bajarse de la candidatura a presidente. Pero los «puros», junto a dos encuestadoras cuyos nombres no trascendieron, dijeron que Macri marchaba primero en las encuestas delante de Scioli, cosa que ni Caputo ni Monzó habrían creído. Finalmente Macri le dio vía libre a su línea dura y optó por romper definitivamente las negociaciones con el líder renovador, aunque una derrota en Santa Fe podría poner todo en revisión.

Share