Por Guillermo Cherashny.-

El fin de ciclo de Mauricio Macri como presidente está terminando de la peor manera por la denuncia de Daniel Vila, dueño de América TV, de lo que era un secreto a voces y es que el presidente Macri, a través de sus operadores judiciales, intervino ante el poder judicial para perseguir a los que consideraba sus enemigos políticos y sindicales. El apriete de Macri sobre Daniel Vila para que entregara el espectro de telefonía celular para beneficiar a Clarín se consumó con una denuncia penal del entonces ministro de comunicaciones Oscar Aguad y que obligó a Vila a ceder y de inmediato el presidente por el WhatsApp le señaló que había dado orden al procurador para que retirara esa denuncia.

Esta denuncia mediática fue tomada por el fiscal federal Marijuán y recayó en el despacho de la jueza federal María Servini de Cubría. Como dijimos, fue la primera vez que se puso blanco sobre negro lo que era moneda corriente: que el presidente Macri presionaba a la justicia para obtener ventajas de dueños de medios de comunicación o bien lograr su detención, como ocurrió con Cristóbal López y Fabián de Souza, dueños de C5N y radio 10 entre otros medios.

Pero el asunto no se quedó sólo en los medios de comunicación sino que intentó detener a Pablo Moyano, el secretario general de Camioneros y vicepresidente del Club Independiente, conectándolo con la barra brava de ese club de fútbol. En este caso, un alto directivo de la AFI le llevó firmada la orden de detención de Pablo Moyano para que la firmara el juez Carzoglio de Avellaneda, que no aceptó la presión y fue corrido de su cargo por el Procurador General de la provincia de Buenos Aires, el Dr. Conte Grand, quien utilizó para esa presión al fiscal general Sebastián Escalera, de Lomas de Zamora. Es decir que era una práctica generalizada de Macri que también provocó la salida de los camaristas Freiler, Ballestero y Farah por una resolución que le otorgaba la libertad a Cristóbal López y Fabián de Souza.

El actual presidente tiene más de 100 denuncias cajoneadas pero una decena de causas pueden ser motivo de serios procesamientos cuando finalice su mandato el 10 de diciembre próximo. Todo indica que Macri intentará radicarse en el exterior ante el serio peligro de estar seriamente comprometido con causas de corrupción, ataques a la libertad de expresión como los casos citados y promover la detención de personas por diferencias políticas o gremiales.

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