Por Guillermo Cherashny.-

A diez días de las elecciones del 22 de octubre próximo, la candidatura al senado de la ex presidente está estancada y quizás perdió algún punto, pero lo más grave es que la distancia que le lleva Esteban Bullrich está entre el 3 y el 6% y tal es la sensación de derrota que los intendentes Menéndez y Nardini, de la primera sección electoral, posaron en una selfie con el senador Miguel Pichetto, quien ya declaró que no la admitirá en el bloque justicialista, y Martín Insaurralde, de la tercera sección, se reunió con Grindetti, el intendente PRO de Lanús, lo que demuestra que los alcaldes del conurbano la dan por derrotada y se preparan para negociar el presupuesto con Vidal, dejando de lado la oposición a ultranza que piensa ejercer la ex presidente, y al mismo tiempo se referencian en Pichetto para una reunificación del peronismo en el futuro, abandonándola en su principal distrito como es la provincia de Buenos Aires.

Pero después de la derrota, tendrá que sufrir la presión de Lilita Carrió para que no asuma como senadora por la minoría por inhabilidad moral y, aunque pase este chubasco, llegará a su banca sumamente deteriorada, en un bloque cristinista chiquito y ella muy debilitada por una derrota y por una impugnación para que no asuma su banca y la marcha irreversible de sus procesos en la justicia, que podrían acelerar sus juicios orales para el año próximo y, aunque tenga fueros, deberá soportar ese escarnio en forma permanente.

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