Por Sebastián Dumont.-

El llamado a indagatoria del ex jefe de Gabinete de la provincia Alberto Pérez es un tiro directo a Daniel Scioli. Quizá mas que nunca, el ex gobernador busque ser candidato a algo el año que viene para evitar males mayores desde el punto de vista judicial. Mientras el cristinismo suma problemas en la justicia, desde el propio justicialismo buscan desafiar a la ex presidente Cristina Kirchner con una interna que la haga retroceder o que termine presentándose por Santa Cruz.

La foto que causó revuelo en la provincia de Buenos Aires esta semana y que mostraba un intento de unidad de los intendentes del Frente para la Victoria quizá sea todavía algo prematuro para evaluar. Es más, los propios jefes comunales creen que fue bastante tirada de los pelos la convocatoria, pero que sirvió para dar un mensaje hacia adentro y fuera del justicialismo.

En este orden, empezó a crecer la idea de una postulación de Florencio Randazzo, quien ya abrió oficinas en la Capital Federal, donde se reúne con distintos dirigentes de manera permanente. El ex ministro del interior y transporte parece decidió a jugar electoralmente el año próximo, más allá de algunos carpetazos que pudieran aparecer de su paso por la función pública en el gobierno de CFK.

Pero el dato más interesante es la manera que buscan de desprenderse definitivamente de Cristina Kirchner y su influencia. Para eso un grupo de intendentes quiere cerrar filas y desafiar a la ex presidente a ir a una PASO para definir el candidato del Frente para la Victoria que compita con Cambiemos y el Frente Renovador, las otras dos fuerzas que aparecen con serias chances en todas las encuestas de estos tiempos.

Desde el pensamiento de los jefes comunales más reacios al cristinismo aseguran que un desafío de esta naturaleza hará que CFK no ponga en riesgo su caudal político y desista de presentarse por la provincia de Buenos Aires. Les sacaría un peso de encima, porque con ella en la cancha electoral, ayudaría y mucho al oficialismo, pero si va a una interna la cosa puede cambiar.

El tema es que la posibilidad de una PASO muy atractiva dentro del peronismo puede ser una complicación para el resto de las fuerzas políticas, ya que podría concentrar gran cantidad de participantes y acercarse a un número que lo deje en la puerta de una victoria en octubre. Claro que después mucho tendrá que ver el candidato.

Como la justicia parece que no les hará el favor de correr de la cancha a Cristina al menos hasta el año que viene, ahora buscan sacarla con esta idea electoral. Lo cierto es que todavía es muy prematuro y la única que sigue midiendo algo en ese espacio es la ex presidente junto con el exgobernador.

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