Por Guillermo Cherashny.-

Fuentes seguras nos señalaron que hace un mes, en un campo del sur del país, se encontraron el presidente Macri y la ex presidente en un campo cercano a Bariloche. Pero no estuvieron solos sino que participaron dos empresarios. El primero fue Joseph Lewis, el magnate británico dueño de Lago Escondido, y Hugo Sigman, el capo del cartel de los laboratorios nacionales nucleados en Cilfa y también de los extranjeros que se reúnen en Caeme, que han llegado a una pax romana para aumentar los precios de los medicamentos dejando de lado la disputa por el «robo» de las patentes medicinales.

Pero enfoquémonos en esta reunión, la primera después de la tumultuosa audiencia que Cristina le dio al presidente electo en Olivos, donde pidió por su impunidad y la de algunos de sus colaboradores, que terminó muy mal, ya que no se pusieron de acuerdo en la entrega del mando.

Era obvio que el presidente electo, por su alianza con Elisa Carrió y la UCR, no le podía garantizar impunidad, aunque desde 2005, cuando fue electo diputado, y después de ocho años como jefe de gobierno de CABA, nunca denunció la corrupción K. Pero sus nuevos «socios» no permitirían tamaña claudicación ética. Y pasados más de 14 meses de gobierno, las causas contra la ex presidente avanzaron en Comodoro Py, pero por iniciativa de Margarita Stolbizer.

Tanto los jueces Ercolini como Bonadío, que la procesaron por asociación ilícita, saben que el presidente necesita a Cristina candidata a senadora en la provincia de Buenos Aires en este año. De ahí que había que verse las caras para garantizarle que no iría presa este año a cambio de ser candidata para polarizar la elección en la provincia.

El cónclave duró poco pero a los pocos días la ex presidente recibió su procesamiento como jefa de la asociación ilícita junto a sus dos hijos, pero sin prisión preventiva, lo que le motivó un ataque de furia por promesas incumplidas, porque con la remota posibilidad de que sus hijos fueran presos en el futuro no le quedaba otro camino que presentarse.

Sin embargo, Cristina es muy orgullosa y testaruda y sostiene que si se presenta se discutirá el pasado en vez de plebiscitar la gestión macrista, que hace agua en el conurbano bonaerense. De ahí que promoviera la unidad, con la fórmula Randazzo-Magario para el senado y Martín Insaurralde como primer diputado nacional.

El inconveniente surgió porque Florencio Randazzo quiere enfrentarla en las PASO, con lo cual le niega a CFK una salida elegante, y este fin de semana se decidirá si es candidata o no, pero de todas formas no se hará público para no darle ventajas al gobierno.

Está claro que esta segunda reunión entre Macri y Cristina, donde hubo un acuerdo tácito, no fue cumplida por ninguno de los dos y todo indica que se marcha hacia el choque de planetas, aunque CFK sea o no candidata.

Share