Por Carlos Tórtora.-

En torno a los efectos de la probable derrota de Juntos por el Cambio se tejen no pocas expectativas. La primera de ellas es que la UCR podría replantear su permanencia en la alianza e incluso ponerle fin. Sin embargo, nada de esto ocurrirá en lo inmediato, porque habrá cambios en la conducción nacional antes de fin de año. El Comité Nacional -tiene 4 delegados por distrito- deberá elegir su nueva cúpula y son dos los candidatos que más suenan; el gobernador jujeño Gerardo Morales y el histórico operador en las sombras, Enrique Nosiglia. El reemplazante de Alfredo Cornejo será, en todo caso, el encargado de negociar con Mauricio Macri u Horacio Rodríguez Larreta. Es decir que pasarán varias semanas después de la elección y antes de que asuma la nueva conducción partidaria. Esto contribuiría a que se distiendan los ánimos, sobre todo en caso de una derrota. Los radicales tienen mucho para evaluar y uno de los temas que más pesa es la pérdida en lo que va del año del control sobre seis capitales -Córdoba, Santa Fe, Paraná, Neuquén, La Pampa y Viedma-, lo que debilita el peso territorial del partido.

La incógnita de Macri

Se supone, a todo esto, que los sectores que responden a Ricardo Alfonsín y Federico Storani seguirán insistiendo con apartarse del PRO. Pero también deberá despejarse la incógnita de si Macri continuará conduciendo el macrismo, ya que nadie desmintió la versión de que Juliana Awada está por comprar o ya compró una vivienda en Madrid.

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