Por Guillermo Cherashny.-

Aparentemente, la liberación masiva de presos en la provincia de Buenos Aires fue de 637 según el servicio penitenciario de esa provincia, pero todavía hay dudas, ya que Julio Conte Grand, Procurador General nombrado por Vidal, dijo que se liberaron 2000, y agregó que él les ordenó a los defensores oficiales que pidieran libertades domiciliarias basadas en sugerencias de la Organización Mundial de la Salud, porque el hacinamiento en las cárceles y la falta de higiene podrían reproducir el virus y saturar el sistema de salud de la provincia de Buenos Aires.

Ese recurso originado en la oficina de Conte Grand, quien como se sabe es un hombre del macrismo, armó una lista de 2300 presos en conjunto con el Ministerio de Justicia provincial, a la que se sumó Cipriano García, de la Comisión Provincial de la Memoria agitando a los internos para que miles salgan en libertad, de ahí que la oposición dura de Cambiemos tiene razón en decir que funcionarios e influyentes que integran el Frente de Todos presionaron a los jueces para obtener libertades de presos violentos.

Pero Sergio Massa, Sergio Berni y después del cacerolazo Marcela Losardo, la Ministra de Justicia fijaron la posición oficial. O sea que antes del cacerolazo hombres importantes del gobierno, como Sergio Massa y Sergio Berni, se opusieron firmemente y, junto al masivo cacerolazo, frenaron la suelta masiva de presos violentos.

Si bien no hay números oficiales, desde fines de marzo hasta el jueves salieron 637 presos, de los cuales 100 serían homicidas, violadores, autores de robos con armas y narcos. El preso que mató a la mujer en Campana salió antes de la acordada de Violini y el que volvió a robar también antes, por salud mental, es decir que hasta ahora no se conoce un delito cometido por estos 100 presos violentos, como dijeron los grandes medios de comunicación.

En tanto, la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires, con su nuevo presidente, el ministro Soria, ya dispuso que el camarista Víctor Violini no puede disponer más liberaciones y que las decisiones tienen que llevar dos firmas en cada sala de casación bonaerense. Y a partir de mañana deberá decidir si admite el recurso de queja del fiscal Altuve de la Casación de esa provincia y es muy probable que lo admita y decida sobre el fondo, haciéndose eco de la reacción popular y del pensamiento de Losardo, Massa y Berni. Dilucidada esta cuestión, queda pendiente cómo seguir con los consejos de la OMS de descongestionar las cárceles, que tienen presos por el doble de camas que tienen, sin duda un problema grave, donde hay varias propuestas, como acondicionar zonas militares, y la iglesia se ofreció a alojar a presos con factores de riesgo.

Share