Por Guillermo Cherashny.-

La expresidente ordenó que se creara Unidad Ciudadana en todo el país con el objetivo de aumentar el 20% que obtuvo a lo largo y a lo ancho de la república en octubre pasado, cuando se presentó en pocos distritos, especialmente en Salta, donde obtuvo más del 20%, y Córdoba, donde está mal y no llegó al 12%. Pero hoy en día, si se presentara en todos los distritos, Unidad Ciudadana con Cristina de candidata a presidente obtendría entre el 25 y el 30% de los votos, aunque más cerca del último.

El Peronismo Federal, si arma una PASO junto al Frente Renovador, puede llegar al 20% o incluso un poco más, y el frente Cambiemos está igual que Cristina, es decir, entre el 25 y el 30%, aunque a medida que avanzan la recesión, la inflación y el desempleo algunas encuestas dicen que CFK le puede ganar un ballotage a Macri.

Este escenario es pésimo para el futuro económico, porque los inversores y ahorristas, que están temerosos, pueden asustarse y generar una corrida bancaria y de ahí al default hay un solo paso. Cristina no tiene por qué saberlo sino que la tormenta económica autogenerada por Macri y Marcos Peña le da la oportunidad del retorno con gloria y poco le importa que le digan lo que puede ocurrir, porque no lo creería y nadie puede negarle que aspire a la presidencia cuando mide muy bien en las encuestas. La gran irresponsabilidad es de Mauricio Macri que, desesperado porque la economía lejos de ayudarle en la reelección, lo perjudicará mucho, cree que agitando el fantasma de Cristina puede ganar una segunda vuelta, y él debería saber lo que podría ocurrir en los mercados si ella crece en las encuestas. Sin embargo, nadie puede hacer nada, ya que CFK tiene todo el derecho a presentarse y si gran parte de la población, especialmente los más pobres, la apoyan no es su culpa. El Peronismo Federal o republicano y el Frente Renovador han apoyado leyes y políticas para la gobernabilidad pero los afectados por Macri castigaron a ese peronismo en el 2017 y da la impresión de que lo dejarán en el tercer puesto nuevamente. Así las cosas, la dirigencia política más importante de la Argentina marcha a un callejón sin salida y no encuentra las respuestas a la crisis.

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