Por Guillermo Cherashny.-

En la semana se difundió en la televisión una encuesta donde Cristina tenía menor imagen negativa que Mauricio Macri y menos resistencia a votarla que el propio presidente, lo cual quiere decir que podría ganar un ballotage. También se conoció una encuesta de Aresco de Federico Aurelio donde CFK está primera en las PASO y en primera vuelta con números más o menos del 32 al 21% y en segunda vuelta también gana con el 39 a 38% y Alternativa Peronista tiene cerca de 15%, donde Massa dobla a Urtubey, y estos números coinciden con unos similares que tiene Opina Argentina dirigida por Andrés Giglio y Facundo Nejamkis, ex funcionarios de comunicación del gobierno anterior, que le da 34 a 31% a favor de la ex presidente y ganando en segunda vuelta por 2 o 3%.

Lo sorprendente de la encuesta de Aurelio h. es que Axel Kicillof le gana a Vidal por el 1% y Randazzo, apoyado por Massa, obtiene el 11%.

Las encuestas que encarga el gobierno parecería que tienden a agrandar el cuco de Cristina con el objetivo de asustar a la clase media pero con el grave riesgo concretado que los inversores internacionales sí se asustan y por ello el riesgo país está en 686 puntos básicos. Es más, economistas serios sostienen que la reactivación de la economía que prevén para el segundo trimestre del 2019 -que sería tenue porque el campo no es la mayoría del PBI- se podría cortar en el tercer trimestre por la incertidumbre de un triunfo de Cristina.

En tanto, la ex presidente tira buenas ondas y se autocalifica de «yegua herbívora» en relación el «Perón herbívoro», el general que retornó al país en el ‘73 y pacificó el país reuniéndose con Ricardo Balbín, hasta que murió prematuramente y volvió la grieta peronismo-antiperonismo que hoy nos vuelve a consumir.

La ex presidente se reunió con el economista Guillermo Nielsen, que fue su embajador en Alemania y hoy es uno de los más sensatos que hay en el país, y Axel Kicillof reveló que recibe inversores de Wall Street y salió en la portada de la revista Forbes. Declaran que habría que reformular el acuerdo con el FMI al igual que Sergio Massa pero de ninguna manera romper con el Fondo.

Así las cosas, en el círculo íntimo de la ex presidente se moderan, empezando por ella y por Kicillof, su economista de confianza, contraponiéndose a la campaña del miedo que quiere instalar el gobierno y como colofón de toda esta historia, Gustavo Grobocopatel, el magnate de la soja, declaró que si vuelve Cristina con otro entorno está bien, porque así es la alternancia democrática.

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