Por Guillermo Cherashny.-

Si alguna duda había de que el gobierno quería polarizar la elección en la provincia de Buenos Aires, las declaraciones de ayer de Durán Barba a Perfil en el sentido que CFK es temible y está renovada copiando el marketing del PRO son la confirmación absoluta de que el gobierno quiere meterle miedo al electorado con la vuelta de Cristina.

La campaña del PRO en la provincia de Buenos Aires, en la parte positiva, será que lucha contra las mafias policiales, narcos, facturas truchas y ventas clandestinas como La Salada y enumerara la detención del Caballo Suárez por Gladys González, los 3.000 policías de la bonaerense echados por Vidal, los cargamentos de drogas que incauta Patricia Bullrich todos los días y la clausura judicial de una parte de La Salada. Estos «éxitos» del gobierno se opacan porque hay uno o más homicidios por día en la provincia y, aunque descubran cargamentos de droga, la penetración de ese flagelo es cada día mayor y sólo la detención de Suárez y Jorge Castillo son dos activos importantes a favor del gobierno para contrarrestar la caída del consumo y la suba del desempleo, que serán los caballitos de batalla de Cristina, Massa y Randazzo.

Si el gobierno impone la narrativa de la lucha contra las mafias contra la complicidad del cristinismo puede tener ganada la elección, además, del aparato nacional y provincial. Pero si se impone la narrativa sobre la estanflación, Cristina y Massa pueden imponer un escenario de tres tercios.

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