Por Carlos Tórtora.-

La Liga de Gobernadores es, en la tradición peronista, la estructura política más representativa cuando no existe un liderazgo carismático que traccione a la mayor fuerza política del país. Asi ocurrió, por ejemplo, durante la débil presidencia de Eduardo Duhalde y también a partir del triunfo de Mauricio Macri dos años atrás, cuando CFK parecía condenada al ostracismo.

El domingo pasado, la actual Liga de Gobernadores quedó seriamente herida por la derrota en las urnas de buena parte de sus miembros. Los derrotados fueron Juan Schiaretti (Córdoba), Mario Das Neves (Chubut), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Carlos Verna (La Pampa), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Rosana Bertone (Tierra del Fuego) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis).

Una de las caídas más estruendosas fue la de Schiaretti, que buscaba posicionarse como el rearmador de la liga del peronismo y como el cerebro de un proyecto presidencial sin el kirchnerismo. Pero este domingo sus candidatos perdieron por 16 puntos contra Cambiemos (44,56% a 28,57%) y sólo pudo festejar que el kirchnerismo resignaría una banca.

El entrerriano Bordet, otro actor importante de la liga de gobernadores, perdió por cinco puntos contra el macrismo (47,49% a 42,26%). Otro que sufrió feo fue el pampeano Carlos Verna, que perdió por 11 puntos, aunque en el radicalismo creen que usó su aparato para hacer ganar al macrista Maquieyra en la interna de Cambiemos.

Una derrota esperada era la del kirchnerismo en Santa Cruz, donde la gestión de Alicia atraviesa una devastadora crisis. El Frente para la Victoria logró al menos un resultado que le asegura -de mantenerse los números- la banca por la minoría en el Senado y un escaño en Diputados. El radical Eduardo Costa 46,30% a 27,47% contra la peronista Ana Ianni.

La derrota más dura la sufrió Rodríguez Saá. El clan que gobierna la provincia desde 1983 perdió por más de veinte puntos contra su ex protegido Claudio Poggi. Fue la primera derrota que sufren desde que llegaron al poder.

En tanto, los candidatos de la fueguina Bertone quedaron terceros, con el 18,17%. La elección la ganó el kirchnerismo duro, enfrentado a la gobernadora, con el 21,45%. En segundo lugar quedó Cambiemos con 19,30%. En la provincia se eligen dos diputados, con lo que el peronismo no metería ninguno si en octubre se repiten los resultados.

Así las cosas, este tembladeral provincial va a influir en el curso de los acontecimientos para octubre. Un dato esencial es que CFK necesita mostrar ahora -de cara al 2019- que su liderazgo trasciende las fronteras bonaerenses y que puede reagrupar a la primera línea del justicialismo a lo largo y ancho del país. Para algunos de los golpeados gobernadores del PJ, un pacto con Cristina para que ésta haga campaña en sus provincias para la elección de octubre podría reforzar sus chances. Sin embargo, la ex presidenta se encuentra con que ahora debe negociar con una Liga de Gobernadores marcada por la derrota, lo que provoca en su entorno todo tipo de dudas. ¿Cómo quedaría ella si, por ejemplo, va a San Luis para apoyar a los Rodríguez Saá y las listas del gobernador Claudio Poggi aumentasen aún más su ventaja? Si algo no tolera la viuda de Kirchner es quedar asociada a un fracaso.

Así las cosas, el plan cristinista para negociar con la Liga de Gobernadores parece entrar en un freezer.

Las otras cuentas

En otro sentido, la parte buena de la realidad para el cristinismo es que ninguno de los gobernadores del PJ que salieron triunfantes de las PASO le disputa el primer plano. Juan Manuel Urtubey, que podría hacerlo, es sumamente prudente y no colisionará con ella.

En el gobierno, a tod,o esto festejan -discretamente- algo más que los triunfos en unos cuantos distritos. El saldo electoral es que hoy CFK es por lejos la dirigente peronista que está más cerca de ser candidata presidencial en el 2019. Florencio Randazzo mostró su obvia modestia en las urnas y Sergio Massa está luchando para que su mosaico renovador no se fragmente antes de octubre. Muchos peronistas que lo seguían el domingo le pasaron la factura de su alianza con Margarita Stolbizer retirándole el voto. Y varios de los intendentes massistas de la Primera Sección Electoral fueron a las urnas con un pie puesto en Unión Ciudadana y otro en 1País.

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