Por Guillermo Cherashny.-

Después de dos meses sin hablarse, el Presidente y Cristina decidieron romper esa situación y la vicepresidente le señaló que la Justicia sigue como en las épocas de Macri y que la ministra de justicia no hace nada para cambiarla y que forma parte del esquema corporativo, mediático y judicial del período anterior y debería ser reemplazada. Y lo mismo corría para Matías Kulfas, el ministro de producción, por no hacer nada ante la escalada de precios y que, si seguían estos funcionarios, era muy posible que se pierdan las futuras elecciones.

En la volteada cayó el canciller Felipe Solá, aunque en este caso no dijo los motivos, pero se supone que es una cuestión personal más que diferencias en cuanto a la orientación de la política exterior.

El presidente ya dijo que estaba contento con su gabinete y no parecería que acepta esta sugerencia o exigencia como se quiera ver de Cristina. De este modo, no está claro que Alberto Fernández acepte este pedido, por lo cual la tensión entre ellos seguirá como hace varios meses y puede provocar otra tempestad epistolar.

El presidente cree que su posición favorable para que Máximo sea el presidente del PJ es una concesión destinada a que no existan injerencias de la vice en su gabinete, pero la otra parte no piensa así y seguirá presionando como con la solicitud exigiendo la libertad de Amado Boudou.

En tanto, Sergio Massa, el líder del Frente Renovador, está ajeno a esas vicisitudes y se ocupa de la sanción de las leyes que vienen del ejecutivo o del senado, pero hay algunas que ni con magia pueden lograr una mayoría para aprobarla, especialmente con los tres diputados que respondían a Roberto Lavagna y que hoy por hoy están independizados, como son Graciela Camaño, el «Topo» Rodríguez y el «Oveja» Sarghini, que tiene vuelo propio, pero serán los amigos de Lavagna que paguen el plato roto como Matías Tombolini, vice del Nación, y Zenón Biagosch, director del Central.

Parece que al presidente no le gustaron nada las críticas de Lavagna a la política económica por Twitter y el presidente quiere demostrar que no acepta presiones epistolares o por redes sociales. El 23 de enero vuelve Cristina desde El Calafate y se esperan momentos de definiciones, aunque se descarta por completo la vuelta de Liliana Korenfeld a la Superintendencia de Seguros de Salud.

Share