Por Guillermo Cherashny.-

Ayer Cristina, entonada y alegre, volvió a la Capital Federal con el convencimiento de que los jueces federales atenderán el pedido que les hizo Germán Garavano, ministro de Justicia, quien les indicó que no tomen actitudes apresuradas o vengativas contra ex funcionarios, en clara referencia a la ex presidente.

Cristina, después de la semana de las cajas de seguridad, recibió de buena manera que el juez Bonadío dijera que no la mandaría a prisión, aunque habló de la causa del dólar futuro. Pero ella recibió mensajes del gobierno diciendo que no será detenida por Bonadío ni Ercolini, por los Sauces u Hotesur, aunque sí procesada por dos motivos: 1) el PRO teme estallidos de violencia de La Cámpora y de intendentes K, que intentarían «tirarle un muerto», y en épocas de tarifazos el gobierno no puede soportar una represión con victimas; 2) el gobierno necesita a Cristina libre hasta las elecciones de octubre de 2017 para dividir al peronismo y en ese caso ella se puede presentar por Santa Cruz como diputada o senadora y tener fueros para el futuro.

Cristina tiene información de que Cambiemos va por la detención de Julio de Vido y Aníbal Fernández, como declaró Elisa Carrió antes de su «falta de potasio» acusando a Stolbizer de generar posibles nulidades con sus denuncias contra CFK. De Vido tiene casi un procesamiento por día y, si bien tiene fueros, si Cristina da la orden de soltarlo a sus diputados y senadores, el ex ministro de planificación puede ir preso.

En cuanto a Aníbal, después del papelón de Bullrich sobre la supuesta pistola del crimen del Unicenter, una «pizza» -como se dice en la jerga- de modo de presionar a Servini de Cubría, que todavía no tiene pruebas, ya que Ibar Pérez Corradi resultó un fiasco, el gobierno presiona y seguramente Aníbal Fernández terminará preso, con pruebas o de cualquier, forma ya que es un culpable condenado por la sociedad que nadie defenderá.

De este modo, con De Vido y Aníbal presos, el gobierno podrá entretener al periodismo y la opinión pública hasta diciembre próximo y así encarar el año electoral con una reactivación de la economía hoy en estanflación.

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