Por Carlos Tórtora.-

Como estaba previsto, la gravísima inflación de marzo dio el clima justo para que se disputara un nuevo round de la interna del gobierno. Realmente, cuesta encontrar diferencias con otros episodios anteriores. El presidente soportó una vez más sin chistar los comentarios agraviantes de su vice y, también una vez más, les pidió paciencia a sus aliados porque tomaría decisiones después de Pascua. La credibilidad de Alberto llego a un punto sin retorno y nadie se lo imagina pidiéndole la renuncia, por ejemplo, a Wado de Pedro. En realidad, toda la crisis se sintetiza en la remoción o no de Martín Guzmán. El presidente -según algunos de sus allegados- creería que puede salvar la ropa si el sucesor de Guzmán no es un cristinista. Sobre esto, se estaría negociando y la ofensiva mediática de ayer para candidatear al Ministro de Producción bonaerense Eduardo Costa habría sido una reacción de los kirchneristas más duros para sabotear cualquier negociación.

La eternización de la crisis

La diferencia sustancial con los episodios anteriores es el paso del tiempo. El desgaste político del gobierno es cada vez más grave y cabe preguntarse si este equilibrio inestable puede prolongarse. De hecho, si Cristina sigue presionando y Alberto continúa sin reaccionar, el conflicto podría eternizarse hasta llegar, a fin de año, a la etapa electoral. No es impensable y habrá que ver, si esto continúa, si Alberto mantendrá su intención de ser relecto y si ella es coherente con su discurso y lo veta.

Estamos proyectando a futuro un escenario que parece a punto de explotar. Pero hay que recordar que cuando hace tres meses se profundizó la crisis entre el presidente y la vice, todos los pronósticos auguraron un episodio breve, lo que no ocurrió.

La prolongación del conflicto sin duda que se debe en mayor medida a la negativa de Alberto a ejercer el poder, dejando que ella continúe teniendo la centralidad política. Da la impresión de que los días de Guzmán en el gobierno están contados, lo que no quiere decir que la crisis se apague.

Share