Por Carlos Tórtora.-

Una ola de escepticismo envuelve al Pro en relación a la candidatura presidencial de Mauricio Macri. Este no se bajó de la misma pero los conocedores de los entretelones del armado político aseguran que ya no hay tiempo para que Macri monte una estructura nacional. Los alfiles macristas en Buenos Aires Joaquín de la Torre y Cristian Ritondo hacen malabarismos para evitar que sus dirigentes migren hacia las filas de Horacio Rodríguez Larreta. Tal como están las cosas, la expectativa de los macristas es que el expresidente bendiga a Patricia Bullrich como su candidata para las PASO. Pero no se advierte que Macri se arriesgue a salir perdidoso de una primaria donde Larreta tendrá la fuerza de la caja. Tal como van las cosas, el expresidente terminaría no definiendo nada y reservándose como el gestor de la unidad.

Ella deja hacer

Una decepción parecida a la de los macristas se advierte en las filas kirchneristas. Cristina tampoco renunció seriamente a su candidatura. Pero deja hacer. Sobre todo, deja que se instale la candidatura de Sergio Massa, con el aval de una parte del establishment y la colaboración de media docena de encuestadoras que lo están diseñando como el candidato con más potencial. La aparición en escena de Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey hace que Massa esté mejor posicionado, porque sería el candidato ideal para anular al peronismo no K. Por el contrario, la candidatura de Cristina fomentaría la reacción del peronismo no K. Es un enigma hasta dónde la vicepresidente tolerará el crecimiento de un candidato que no depende de ella.

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