Por Carlos Tórtora.-

Hasta la caída de Martín Guzmán, Cristina Kirchner parecía sentirse cómoda en su doble rol de oficialista y opositora, cuestionando a la gestión de Alberto Fernández con sus periódicas apariciones para criticar la política economía. Con la llegada de Silvina Batakis al Ministerio de Economía, esta situación varió sustancialmente. La vicepresidenta fue dejando de hablar en público de la economía y su última aparición resonante fue para retornar a sus ataques contra la Corte Suprema de Justicia. Las razones de este cambio serían varias. Para empezar, Batakis es, en definitiva, un cuadro técnico del kirchnerismo, por más que iniciara su gestión con medidas de ajuste que bien podrían haber sido de Guzmán. Segundo, con la escalada del dólar y el previsible 8% de inflación de este mes, el gobierno se debilitó tanto que, si CFK siguiera atacando al presidente, éste podría derrumbarse. Y de ocurrir esto último, ella debería calzarse la banda, algo que de ningún modo le conviene hacer.

Así es que la expresidenta pasó a no hablar ni a favor ni en contra de las medidas de ajuste de Batakis, dándole un respiro a Alberto, ya demasiado jaqueado por la realidad.

El futuro

En esta nueva etapa, Cristina perdería necesariamente relieve, al no poder aparecer como la primera crítica del gobierno, y su imagen negativa podría aumentar, al quedar con su silencio respaldando a Alberto. En otras palabras, que ahora sí ella estaría sufriendo el desgaste de ser oficialista al no poder ponerse la máscara de opositora. Cabe entonces preguntarse qué pasará si Batakis hace agua en las próximas semanas como pronostican algunos economistas. ¿Respaldaría entonces a Alberto o se correría y dejaría que el gobierno se derrumbe, aceptando implícitamente que debería asumir la presidencia? Es temprano para dilucidar esta cuestión pero este dilema puede llegar a plantearse antes de fin de año. El presidente cuenta hoy con una imagen negativa comparable con la de Fernando de la Rúa en sus últimos meses en la Casa Rosada y hay razones para pensar que esto puede empeorar.

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