El candidato a diputado provincial Fernando Niembro (PRO) llevó los temas de Ciudad a la arena política nacional pre-electoral. (Dibujo: NOVA)

Los contratos firmados entre el Gobierno de la Ciudad y la empresa de Fernando Niembro, La Usina Producciones SRL, desató uno de los escándalos más publicitados y mediáticos, que llegó a tener incluso un espacio en Cadena Nacional, de la mano de la presidente más televisada de la historia argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

La diferencia con rencillas anteriores, responde simplemente a que estamos pisando octubre, y surge la necesidad imperante de “bajar” la insólita popularidad del PRO en la Provincia de Buenos Aires y la exigencia de ganar, cueste lo que cueste, las presidenciales en primera vuelta.

De esta manera, la Legislatura porteña se convirtió en el centro de las miradas de la Alta Política, una novedad para el partido amarillo, nuevo en esta clase de contienda. Y, por supuesto, para la alegría de varios y varias ediles, exaltados con la presencia de los medios más importantes.

Incluso, desde el bloque del FpV, se pidió la interpelación en el recinto no solo de los funcionarios involucrados, sino también de Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Rodríguez Larreta.

Por supuesto, esto no quita que la irregularidad existe, y que alguien tiene que dar explicaciones por ello: las contrataciones de la polémica, por un total de 21 millones de pesos, se hicieron en su mayoría a través de una modalidad particular, destinada a compras “urgentes”, cuando los servicios que se adquirieron eran de publicidad y encuestas. Además, no figuraban en el Boletín Oficial, lo que se tradujo en acusaciones de “ocultamiento”: el tema es que desde hace algunos años, los boletines se digitalizaron, y no siempre figuran los anexos con los contratos firmados en la versión on-line. Para la oposición, esto podría significar una suerte de “sistematización de compras escondidas”.

No obstante, las repercusiones parecen exageradas, sobre todo, porque tuvieron más auge que la muerte de dos nenes en talleres clandestinos (que desprendió una red de trabajo esclavo en la Ciudad, que no llamó la atención de nadie) y el misterioso incendio de Iron Mountain, que sigue sin tener responsable presos. Sin contar que, más allá de la obvia transfugueada, Niembro podría salir bien parado en términos legales (técnicamente, el problema puede pasar por administrativo) y en comparación con los valores que se pagan usualmente los servicios de publicidad a empresas privadas, la cifra se encuentra en el campo de lo habitual.

En este contexto, el desafío a para el PRO es enfrentar por primera vez a una arena conflictiva de nivel nacional, de tremendas chicanas, en la que el peronismo y el kirchnerismo están avezados. Cristina sorteó el golpe político de la muerte de Alberto Nisman, Daniel Scioli hizo lo mismo con media provincia bajo el agua (y con los muertos de La Plata). ¿Podrá Macri despegarse del traspié de Niembro? (Agencia NOVA)

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