Por Carlos Tórtora.-

En medio de versiones de un acercamiento entre Daniel Scioli y Mario Das Neves, pilar del massismo en la Patagonia, ayer en el Tigre se apuraban las negociaciones con el equipo de José Manuel de la Sota para conseguir la plataforma de un acuerdo presentable a la opinión pública. A esta altura, ya son varios los operadores del gobernador cordobés que dejan trascender la resistencia de éste a competir con Massa en una primaria común para presidente. Argumentan en primer lugar que aquél, a esta altura de su carrera política, se negaría a desempeñar el papel de sparring del tigrense, ya que le sería casi imposible derrotarlo y en cambio su participación les aportaría a los renovadores una mayor movilización de votos en el peronismo. Por otra parte -y en voz baja- también sostienen que existiría cierta desconfianza de que el massismo cumpla los compromisos que se asuman en lo que hace a la distribución de los cargos en el gabinete nacional, en caso de ganar en octubre.

Llegadas las cosas a este punto, la clave parece ser cómo concretar la alianza con De la Sota ofreciéndole a éste una participación en la primaria que acepte.

En las últimas horas, empezó a gravitar una nueva hipótesis: que De la Sota sea el primer candidato a diputado del PARLASUR, compitiendo con CFK, si es que ella acepta finalmente subirse a esta candidatura por el Frente para la Victoria. De este modo, el veterano caudillo cordobés encontraría un rol trascendente y que satisfaría sus ambiciones de convertirse en la contrafigura de la presidente.

Una negociación que no da para mucho

Obviamente, este posible rol para De la Sota tendría sentido político en la medida en que Cristina sea su rival, lo que se sabrá seguramente a último momento. En las próximas horas, el acto massista en Vélez, convocado para este viernes, se llevará la atención de todo el peronismo no K. La idea es que el acto revitalice una candidatura presidencial hoy bastante golpeada. Pero ya se sabe que el efecto de este tipo de movilizaciones masivas es muy corto. Si no hay anuncios el viernes, el lunes los nerviosos aliados del massismo en todo el país reclamarían definiciones inmediatas. O sea, que Massa y De La Sota muestren sus cartas. En caso de que la negociación se estancara, la crisis latente en el Frente Renovador podría aflorar a través de varios de sus dirigentes, para empezar, los que suponen que lo mejor es replegarse y disputar la gobernación bonaerense. Una retirada para nada fácil de concretar en la práctica y que le sería muy útil al kirchnerismo, porque entonces muchos dirigentes renovadores podrían retornar a sus fuentes kirchneristas.

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