Por Carlos Tórtora.-

La aparición de José Manuel de la Sota como un nuevo aspirante peronista a la presidencia se da después de una serie de reuniones mantenidas por éste con la mayor parte de los gobernadores justicialistas. Éstos habrían en su mayoría llegado a la conclusión de que su candidato número uno, Juan Manuel Urtubey, dejará pasar el turno y no le disputará a Mauricio Macri el poder el año que viene. De La Sota vendría a funcionar entonces como un muleto del salteño. Con esta jugada, la liga de gobernadores intentaría frenar además la aspiración de Sergio Massa de presentarse en las presidenciales. La carrera presidencial sería a su vez el principal argumento del tigrense para contener la tendencia a la dispersión de sus huestes, entre las que figuran dirigentes que se muestran desde hace rato como aliados del cristinismo, como Felipe Solá y Facundo Moyano.

No hay lugar para todos

De más está decir que el peronismo no K o racional sólo tiene posibilidades de llegar a un ballotage si se presenta unido. El paso al costado que en la práctica está dando Urtubey le daba esperanzas a Massa de convertirse en el único candidato no K pero De La Sota, a quien no le importaría demasiado perder las elecciones, está dispuesto a seguir adelante con o sin primaria con el primero.

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