Resulta muy triste sentir que todo cuanto acontece en el país ya ha sido analizado, no una sino varias veces en este mismo espacio. De algún modo confirma que “a las palabras se las lleva el viento”, y que toda prédica que no se haga desde un medio masivo de comunicación, es una prédica en el desierto. O peor aún, confirma la sospecha de una sociedad a la cual le basta alguna suerte de catarsis para poder seguir sin inmutarse demasiado frente a las calamidades.
Con excepciones claro, las columnas de los grandes diarios están destinadas a firmas conocidas, prestigiosas muchas, “de moda” otras, oportunistas algunas. Siempre me pregunto, sin hallar respuesta que satisfaga, ¿qué hace un Alberto Fernández escribiendo en un matutino de los más importantes? Y este es apenas un ejemplo. Desde luego, tiene derecho a expresarse libremente pero el conflicto, que a mí al menos se me presenta, radica en el hecho de leer clases de ética y moral política por parte de quién ha sido artífice de prácticas no alineadas precisamente a ese derecho.
Sin duda, estas vacilaciones son “exquisiteces” sin sentido en el marco de una Argentina donde se han martillado todos los principios. Pero algo me hace ruido cuando los villanos de antaño son los moralistas del ahora. ¿Será que quiere dejárselos en evidencia mostrando las contradicciones en las que incurrieron? ¿Será que ya no interesa cambiar de camiseta, no porque la reflexión condujo al cambio de opinión sino por mera conveniencia? Todo es posible, incluso que yo esté radicalmente confundida.
Se me explicó que la irrupción de “arrepentidos” en oferta, apareciendo en diarios o en televisión sirve porque saben por experiencia lo que sucede tras bambalinas, y por eso son “palabra autorizada” para descubrir las trampas de la política. A mí se me ocurre que es casi como llevar a un homicida porque puede explicar mejor cómo aniquilar a una víctima…
Lástima que encima, cuando el ex jefe de Gabinete escribe o habla públicamente, no descubre nada sino que niega que durante su paso por Balcarce 50 hayan existido conductas lindantes con la delincuencia, o él no se daba cuenta… “Esto con Néstor no pasaba”. Es cierto que los muertos en esta Argentina, adquieren subrepticiamente, dotes de ejemplaridad y virtuosismo tan insólitos como delirantes la mayoría de las veces.
Pero regresando a esa sensación de que los acontecimientos vividos en estos días son materia harto conocida, aquello que preocupa o debiera preocupar es la reacción social. De golpe, que las agencias de noticias difundan que el sol ilumina genera un asombro y una revuelta que no se explica. ¿No había ya un sinfín de pruebas y evidencias? A juzgar por las repercusiones de la noticia, se sabía pero es diferente saberlo porque salta a la vista, a saberlo porque son los medios quienes se hacen eco.
Esto le otorga al periodismo una credibilidad y responsabilidad tal, que debería generar una revisión severa de su rol en la sociedad, dado la trascendencia de lo que generan. No solo informan la novedad sino también le conceden a la realidad un renovado protagonismo.
Veamos: a esta altura, y teniendo en cuenta el resultado de las PASO en la ciudad, puede decirse que es de conocimiento generalizado la ineficiencia de Mariano Recalde como funcionario. Ahora bien, si luego, una portada o un programa televisivo muestra un video donde se ve al “camporista” cometiendo desfalco, lo sabido con anterioridad parece regresar con más fuerza a la zona más activa de la memoria colectiva.
Este engranaje comunicacional que obra como redentor para un país sumido en el caos que suele provocar el vivir de escándalo en escándalo, es el que usa el gobierno en su faz inversa: redescubre el pasado modificándolo a fin que el ‘hoy’ resulte mejor. Pero hay otra cara de la moneda. No puede atribuírsele a los medios la culpa de todos los males así como tampoco la solución a todos ellos.
¿Qué sucede en una sociedad que sabiendo la trama delictiva que hay detrás de una organización determinada, igualmente la sigue, y de algún modo con su silencio la avala? Esta pregunta le cabe a la política, a la industria del entretenimiento, y al deporte desde luego. ¿Cómo es posible que lo sucedido con los miembros de la FIFA genere un revuelo de tal magnitud cuando la mayoría sabía que al fútbol lo manejan mafias? Excepciones habrá. ¿Es tan necesario para indignarse conocer el monto de lo robado? Y la pregunta más dura aún: ¿Haremos algo?
“¿Cómo “haremos” si yo no tengo nada que ver con esto?”. Este interrogante que surge siempre como defensa aunque no haya habido ataque previo, dice mucho de nosotros y aunque parezca mentira, viene a explicar también por qué estamos como estamos en materia política. Si acaso mañana nos desayunamos por el diario que, en el kiosco de al lado de nuestra casa, se venden productos robados, ¿continuamos comprando ahí como si nada hubiera pasado?
Si es más cómodo que caminar una cuadra para ir a otro lado, muy probablemente la respuesta sea “si”. Hay quienes no ven o no quieren ver la complicidad que esta actitud acarrea. Prima como en muchos otros aspectos el individualismo ciego, el priorizar mi gusto y conveniencia a colaborar con el cambio. En otras palabras es algo así como “yo no me meto”, “sigo en la mía”. Y es ese no meterse, ese seguir en la nuestra lo que nos está condenando a la ignominia en que vivimos en casi todos los órdenes de la vida.
Si Cristina Kirchner robó para construir sus hoteles en el sur pero yo sigo viviendo como quiero, ¿por qué no votar a quién avale eso? Total a mí no me molesta porque sigo viajando, comprando en cuotas, cambiando el auto, etc. Además, “todos son lo mismo”. Prédica nefasta que genera el seguir siendo ratones cazados siempre por el mismo gato. Si se cree que no hay diferencias, marquemos una nosotros y reaccionemos: ¡Qué nos robe alguien distinto al menos! Un razonamiento grotesco por cierto pero que sirve para graficar lo que sucede a muchos argentinos.
Por otra parte, ¿qué exigimos? El silencio aturde tanto como el más fuerte de los gritos. Hay algo que estamos haciendo mal o hay algo que directamente no estamos haciendo. Dejemos de lado los medios y todos los chivos expiatorios que usamos como escudos para no terminar asumiéndonos émulos de Poncio Pilato.
Vivir en sociedad implica abandonar el egoísmo. Y no parece que haya voluntad ni ganas de modificar ese estar mirándonos permanentemente el ombligo. Desde luego que no todos asumen esa conducta individualista pero parece que los “distintos” no son aún suficientes para revertir la decadencia en que se nos ha sumido.
Para terminar, y como el hoy resulta tan similar al ayer, me valgo de un párrafo que escribí hace unos tres años ya, para que estas reflexiones -que no aspiran a ser más que eso-, siembren en el mejor de los casos inquietudes de donde emerja el indispensable juicio crítico que requiere el pueblo argentino.
“Una sociedad que se desgarra las vestiduras apenas 48 ó 72 horas por una seguidilla de crímenes aberrantes (o la aparición de un fiscal muerto) y cuando llega el fin de semana, no recuerda más nada; una sociedad que saca las cacerolas (o los paraguas) y sin que cambie un ápice, las guarda… En definitiva, una sociedad que prioriza el bolsillo antes que la vida, no dista considerablemente de parecerse a quién encarna el Ejecutivo Nacional. A engañarse a otra parte. ¿Qué podría hacer un Domingo Sarmiento en la Argentina actual? Sarmiento existió cuando los argentinos preferían la civilización a la barbarie; y al progreso se llegaba de mano de la educación, no de un electrodoméstico”
La duda sigue apuntando al mismo lado: ¿queremos ser educados o nos alcanza acaso con el último smartphone del mercado…? Porque el kirchnerismo, en todas sus formas y derivaciones, es eso lo que en apariencia nada más, no en lo concreto, nos esta ofreciendo.
GABY,ES TAL CUAL TU LO DESCRIBES…SI PUEDO COMPRAR,ES P,Q. ESTOY MEJOR Y SI ESTOY MEJOR…¿P.Q. CAMBIAR?
TRISTE PERO REAL.MI SALUDO AFECTUOSO DE SIEMPRE.
«Sarmiento existió cuando los argentinos preferían la civilización a la barbarie».
No, Gaby. «Los argentinos» no. Sarmiento y la clase dirigente de la generación del 80 prefería eso. No se consultaba a «todo el mundo» por igual. Es la lamentable realidad de la «democracia», en que los políticos actúan sólo para ganar la próxima elección y «cada persona un voto» implica que gana el que consigue más «clientes».
Políticamente incorrecto pero the awful truth,
La explicación de lo que nos pasa es simple y desafiante. Tenemos que aprender a CRECER como Nación, animarnos a ser libres, a extender las alas y empezar a volar, sin miedo a los tropiezos y caídas. Vivimos en una sociedad adolescente y por eso estamos desconformes permanentemente con nosotros mismos y con la sociedad toda, pero se sigue votando a una clase política que no nos obligará a extender nuestras alas y volar en libertad. Esa es la contradicción fundamental. Queremos volar, pero tenemos miedo de hacerlo por los riesgos que eso implica. Pero ese momento llegará inexorablemente. Así como Dios diseñó las estaciones del año, así nos obligará a salir de este larguisimo invierno de conductas irresponsables, para sumergirnos en la primavera de la libertad para todos nosotros. Tengamos confianza, porque ese momento se acerca inexorablemente en lo político, lo económico y en lo social -y hasta en lo espiritual y religioso.
ESTIMADA Y VALORADA GABRIELA POUSA
LOS QUE SOMOS, COSECHA DE LOS ´40, MUCHOS INTENTAMOS LLEVAR LA VIDA DE ACUERDO A SUS COMENTARIOS, Y A MUCHOS EL CAOS NOS DERROTÓ, Y NOS HIZO TENER UNA VIDA, AUNQUE AUSTERA, HOY ESTAMOS MUY FELICES DE HABERLA TRANSITADO ASÍ.-
Y SI VOLVIÉRAMOS A NACER HARÍAMOS LO MISMO, X´Q ESTA EN NUESTRO ADN HEREDADO DE NUESTROS MAYORES CON OTRA CULTURA.
PERO LAS GENERACIONES DE NUESTROS HIJOS, QUE VIVIERON DOLOROSAMENTE NUESTRAS DERROTAS, Y APRENDIERON A SER EXITOSOS ECONÓMICAMENTE EN EL CAOS, CUÁL PUEDE SER EL DESEO QUE TODO CAMBIE SI ELLOS HAN «TRUNFADO» POR SOBRE LA GENERACION ANTERIOR???
USTED Y YO SABEMOS QUE TODO SE PAGA EN LA VIDA, Y NO ESTAMOS DE ACUERDO CON ESTA CULTURA ACTUAL, PERO ME RESULTA MUY DIFÍCIL CRITICAR A MIS HIJOS, QUE SON VICTORIOSOS ESTA GUERRA SUCIA E IMPUNE EN QUE LES TOCÓ NACER, SITUACIÓN QUE EN PARTE SOMOS NOSOTROS LOS QUE NO LA SUPIMOS MANTENER, POR LOS VALORES QUE DESARROLLAMOS NUESTRAS VIDAS.
DE TODOS MODOS, TENEMOS QUE SEGUIR LUCHANDO POR LOS VALORES QUE USTED Y YO DEFENDEMOS-
El chirlo a los chicos y las normas de la democracia
Por Mariano Grondona | LA NACION
El papa Francisco ha lanzado una consigna conservadora, al parecer reñida con los tiempos modernos, al sostener que «dos o tres palmadas en el trasero no vienen mal» en la educación de los chicos, lo cual contradice las corrientes modernas, que van en sentido contrario, hasta proponer la eliminación de los castigos corporales a cargo de los padres.
Si la facultad de aplicar a los niños «palmadas en el trasero» con fines correctivos les fuera negada a los padres, por otra parte, ¿sobre quiénes recaería? ¿Sobre los maestros, sobre el Estado? Se supone que todo niño, por ser menor, no ha desarrollado plenamente aún sus facultades de discernimiento. Hasta que sea adulto, ¿quién debiera reemplazarlo? En teoría, los padres, puesto que son los que más los quieren. Éste es un criterio general, que reconoce excepciones en los casos de padres desalmados. Pero no se puede legislar para las excepciones.
Por eso la doctrina tradicional respeta la prioridad de los padres, dejando aparte los casos de excepción. Pero esta doctrina es objetada incluso en los tiempos modernos, que tienden por su parte a eliminar totalmente los castigos corporales a los menores. Si se eliminaran los castigos corporales, empero, reaparecería en escena el Estado, a quién Hobbes llamó el «Leviatán» («dios mortal») por su infinita capacidad de ejercer el mal, ya sin límite alguno a la vista.
Llama la atención, en este sentido, que el propio Papa, pese a su fama de «progresista», se haya inclinado por un criterio conservador en relación con la educación de los menores. En general, el autoritarismo trata a los ciudadanos mayores como si todavía fueran menores, mientras el progresismo trata a los ciudadanos menores como si ya fueran mayores. En este asunto, como en tantos otros, es difícil alcanzar un punto de equilibrio que ponga en su lugar a cada una de las dos visiones contrapuestas.
Si un Estado se inclinara por la severidad hacia sus súbditos, caería en un extremo de la balanza, en tanto que un exceso en sentido contrario lo haría oscilar del lado opuesto. Hoy resulta más peligrosa, al parecer, la impunidad, por sus efectos contrarios a la vigencia universal de la ley que es, al menos en principio, la norma de mayor alcance en esta materia.
No se olvide, además, que en la democracia, que es nuestro sistema, son los propios súbditos los que definen las normas a las cuales serán sometidos. Esta ordenación supone en el pueblo una gran autodisciplina, una gran madurez, ya que será él mismo quien resultará afectado por sus propias decisiones.
Aquí asoma el riesgo de la demagogia, que es una tentación de la democracia, una tentación inevitable en medio de la humanidad que nos envuelve. El perfeccionismo, la pretensión de legislar como si pudiéramos ser perfectos, es en tal sentido uno de los mayores peligros de la democracia porque alude a la visión del pueblo como si fuera perfecto, como si no pudiera percibir, en definitiva, sus propias limitaciones.
Quizás éste sea el momento de apreciar lo que podríamos llamar «la audacia de la democracia». Delegar en el propio pueblo la facultad de autorregularse, en efecto, ¿no supone una gran apuesta? ¿No implica subir hasta el cielo una gran apuesta por parte del pueblo?
Al contemplar a la democracia como un acto de audacia, como una intrépida apuesta del pueblo en favor de sí mismo, se expone al mismo tiempo la vulnerabilidad y la grandeza de la democracia. En un momento determinado de la historia, un pueblo apuesta por sí mismo. Rompe sus cadenas. Aspira a la libertad. Sufre un sinfín de dificultades. Y, sin embargo, aquí y allá prevalece, hasta que se pone a la cabeza de las naciones. Al fin de este balance, podríamos definir la democracia como el supremo acto de confianza de un pueblo en sí mismo. Una confianza que los siglos no han hecho más que confirmar, eso sí, después de innumerables vicisitudes.
Los pueblos podrían calificarse, según hayan suscitado o no la confianza de sus gobernantes y, sobre todo de sí mismos, si estuvieron a la altura de su destino o si su destino fue quedarse en algún punto del camino. Hay un tercer grupo de naciones, pues, sin definirse, entre ellas, la nuestra..
EXCELENTE COMO SIEMPRE, CUANDO HABLA DE LOS ARGENTINOS QUE QUEREMOS VIVIR EN SOCIEDAD EN REALIDAD QUEREMOS VIVIR EN DEMOCRACIA, EL PRIMER DEMOCRATA FUE PONCIO PILATOS, QUE EN VEZ DE LA VERDAD Y LA JUSTICIA BUSCO EL CONSENSO Y DESPUES SE LAVO LAS MANOS..
Un Capitán de tonada española
Sobre la Batalla S.Lorenzo Papá me contó, que mi abuelo cuando era chico, conoció a un tal don Luis, un anciano que contaba su historia, de cuando había sido soldado en su primera batalla.
Decía que allá por el 1813, cuando él era muy joven se había unido a un grupo como soldado, que se alistaba en el Retiro de Buenos Aires. La cabeza de ese ejército era un joven capitán de tonada muy española.
Se había quedado tan encandilado con ese Capitán, porque con él aprendían a luchar con muy distintas armas; pero; de a caballo.
Su persona le daba una seguridad, que bajo su mando se sentían capaces de grandes proezas. Un día, reunió 140 de nosotros, y partimos reventando caballos y casi sin parar, llegamos a un convento cerca del río Paraná, siendo aún de noche.
Cuando se fue haciendo el día, vi y vimos a nuestro enemigo. La tropa nos mirábamos desesperados, había ocho barcos de guerra, a lo lejos, en el río como con treinta cañones apuntándonos.
En tierra, quizás ya habían 260 soldados españoles, con sus armamentos y uniformes mucho mejores que los nuestros. Nuestro Capitán, subido al campanario del convento, observaba desde antes del alba con sus catalejos.
Cuando baja nos encara, apenas asomaba el sol, y nos dice: “Atacaremos, y será “a sable y lanza”. Nos quedamos helados ¿Atacar en minoría con sable y lanza contra barcos fusiles y cañones ? Nos miramos desesperados ante “tal locura”, pero el avance español era irremediable,
¡ No podíamos escapar! Había que pelear y nunca habíamos peleado, solo éramos criollos de a caballo.
Hubo acuerdo mudo en seguir a nuestro Capitán ¡ Porque huir, aunque nadie lo pensó, hubiera sido la muerte segura ¡. El Capitán, se puso al frente del ataque. Pensamos:
¡Él debe saber muy bien lo que hace, porque se puso en el lugar de más riesgo! Sentimos que eso nos daba toda la fuerza ! Nos había entrenado a los sones del clarín, lo que debíamos hacer.
A poco de partir en furiosa carga, que que éramos menos de 100 de nosotros partimos; porque ademas envio un peloton de unos 30, para que en nuestro pleno ataque de frente avanzaran desde la derecha. Hubo varios heridos en la marcha forzada desde el Retiro.-
A poco de arrancar en la carga, sonó el clarín para detenernos al tiempo que los treinta cañones de los barcos nos disparaban sentimos:
¡Allí viene la muerte de todos, y la derrota!,
La feroz descarga cayó muy cerca, pero adelante nuestro, ¡Solo unos pocos fuimos alcanzados! Entonces, sonó el clarín de carga, y allí partimos.
¡Solo 100 quedamos contra 260 con fusiles y dos cañones Ese malón enfurecido que éramos, a sable y lanza, no les dimos tiempo que recargaran los cañones para
volvernos a disparar, ni que los fusileros pudieran hacer una recarga.
Después me enteré que fueron 17 minutos, desde que sonó el clarín de la carga, hasta que los españoles se rindieron. ¡ No podíamos creer lo que nuestro Capitán había planeado.!
La batalla solo se podía ganar: ¡Si duraba 17 minutos! ¡100 de a caballo a sable y lanza, contra 260 con fusiles, apoyados con ocho barcos de guerra, con 30 cañones!
¡…y habíamos vencido! …
Allí casi terminaba el relato, don Luis se paraba, y sacaba de un viejo ropero, una caja cilíndrica y de adentro aparecía un aún reluciente sombrero de Granadero. Y nos decía, con los ojos húmedos de emoción y orgullo:
“Esa fue la batalla de San Lorenzo, nuestro Capitán era Don José de San Martín, y él hizo de mí un glorioso granadero”.
( EL RELATO ES DE FICCION, LA HISTORA DE LA BATALLA ES REAL)
Autor: Roberto Dansey
Gracias Gabriela …..gracias Roberto Dansey …!!!
Aun no termina el Mes de Mayo ,….el Mes en que nacio la Patria.
Y sabemos de que se trata.
Un humilde homenaje al Ejercito Argentino en su Dia…
» Mi Coronel , Ud ocupese de los refuerzos , ..yo ? ….yo voy a morir defendiendo mi Cuartel..»
Tcnel Fernandez Cutiellos ….Batalla de La Tablada.
Viva el Glorioso Ejercito Argentino !!!!!
VIVA LA PATRIA !!!
Je ne peux pas arrêter de penser à vous
un amour pendant des siècles à ce moment renaître dans cette réincarnation terres
Nous vivons? Vous osez?…………
ME ADHIERO PLENAMENTE A LAS PALABRAS DE TUTO BENE, CLARÍSIMAS, SALVO UN ERROR, DONDE DICE GABRIELA UD Y YO SABEMOS QUE TODO SE PAGA EN LA VIDA, A MI MODO VER CREO QUE NO SON SOLO UDS DOS, SINO TODO EL MUNDO EN EL QUE TAMBIÉN ME INCLUYO. INFELIZ DE AQUEL QUE TODAVIA NO HÁ DADO CUENTA.