Por Carlos Tórtora.-

Alberto Fernández jugó todas sus cartas para que Victoria Tolosa Paz encabece la lista de precandidatos a diputados nacionales por el Frente de Todos en Buenos Aires. Una campaña en los medios instaló públicamente que esta decisión ya está consumada y no hay marcha atrás. La operación, demasiada obvia, según algunos dirigentes habría provocado una reacción negativa de Cristina Kirchner. Ella no acepta que se tomen decisiones políticas de primer nivel sin tener la última palabra. Buena parte de su imagen de liderazgo descansa sobre esta premisa. En materia de antecedentes, no se conoce ningún tema en el que la vicepresidenta se haya dejado torcer el brazo por su jefe el presidente. Tal cual están las cosas, si Tolosa Paz es confirmada, se tomaría este hecho como un triunfo de Alberto y, entre líneas, como una derrota de CFK, que se sabe que tiene otros candidatos. La pregunta que surge es si este resultado no sería leído por la opinión pública como una derrota de la ex presidenta. La conclusión es por demás evidente: ella no aceptaría de ningún modo quedar como perdedora.

Este cuadro de situación lleva a una perspectiva dramática. En las próximas horas la vicepresidenta deberá decidir entre convalidar la operación de AF o dar un golpe sobre la mesa y bajar del primer lugar a Tolosa Paz, lo que significaría humillar a Alberto debilitándolo más de lo que está. El suspenso hasta el último momento es propio del estilo de ella y la encrucijada sólo admite un ganador y un perdedor.

El toque final

Si a último momento Tolosa Paz es cambiada por Santiago Cafiero, la derrota presidencial sería mayor todavía, porque se abriría la lucha por la Jefatura de Gabinete. Queda entre las hipótesis a considerar un acuerdo para que encabece la lista un tercero apoyado por Alberto y Cristina, pero esto significaría también un resultado negativo para aquél. Cabe preguntarse por qué Alberto apostó tan fuerte a Tolosa Paz, arriesgándose a un revés. Lo más probable es que haya actuado impulsado por la desesperación al ver crecer la operación para dejarlo sin jefe de gabinete para ascender, por ejemplo, a Eduardo Wado de Pedro. Lo cierto es que AF está arriesgando mucho.

Share