Por Carlos Tórtora.-

La declaración judicial que este jueves aportará la exsecretaria de Alberto Fernández, María Cantero, en la causa por violencia de género de este último, es el próximo paso en el escándalo que sigue acaparando el primer plano nacional.

Poco a poco, se va abriendo paso una hipótesis sobre los alcances y derivaciones del escándalo. La misma señala que de las pistas que se acumulan en el negociado de los seguros y del contenido del celular de Alberto, así como de otras comunicaciones, podrían surgir indicios de otros hechos de corrupción que salpicarían la última gestión de gobierno del peronismo.

El gobierno, que impulsa desde atrás las denuncias, podría estar apostando entonces a que se destapen múltiples escándalos de corrupción con capacidad de llevar al kirchnerismo a un estado de terapia intensiva. De ser ésta la dirección que sigue el tema, Javier Milei, ante la caída de su imagen positiva en las encuestas, podría estar optando por intentar embarrar al peronismo de tal modo que esto aumente su deterioro electoral para el año que viene.

¿Hasta dónde?

La extrema prudencia de Cristina Kirchner en los últimos días da la idea de que podemos estar frente a situaciones que superarían largamente los cuestionamientos a Alberto. Milei tiene todas sus energías puestas en conseguir que el actual escándalo no decaiga y se ramifique.

Hay un hecho que es clave en todo este contexto. Cuando la justicia allanó el domicilio de Alberto y le reclamó a éste su celular, el expresidente tuvo que optar acerca de si lo entregaba abierto o cerrado. En este último caso, justificado por contener secretos de estado, la apertura del celular podría haberse demorado meses. Pero Alberto lo entregó abierto, posibilitando así que la justicia tome conocimiento de múltiples conversaciones que podrían comprometer a muchas figuras políticas. ¿Fue esta decisión la opción de un hombre desesperado que empieza a chantajear a los que lo abandonaron?

Es difícil saberlo, pero lo cierto es que Alberto no tendría la más mínima intención de ser el único chivo expiatorio del peronismo y ya habría por estos días enviado a varios veladas amenazas.

Para Milei por ahora todo es ganancia y este escándalo es sin duda la operación política más exitosa de los libertarios desde que llegaron al poder.

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