Por Guillermo Cherashny.-

En la Casa Rosada divulgan encuestas donde la fórmula Macri-Pichetto está cabeza a cabeza con los Fernández o en las que solamente pierden por uno o dos por ciento; en cambio, en La Plata reconocen que la fórmula presidencial del Frente para Todos está 8 puntos arriba de Macri y esperan un gran corte de boleta que favorezca a la gobernadora Vidal, aunque no saben si eso puede pasar.

La discrepancia reside en que el gobierno nacional quiere mantener el dólar calmo y por eso niegan que a nivel nacional Todos está ganado 42 a 37 y más o menos por el 8% en la provincia de Buenos Aires porque, si los Fernández ya están en el 42% en las PASO, donde se cuentan los votos en blanco y los anulados, quiere decir que cuando se cuenten esos sufragios en la primera vuelta de octubre ese 42% se convierte en un 45,5%, lo que permitiría el triunfo del peronismo sin necesidad del ballotage. Pero si esos números se dan como pronostican las encuestadoras más serias, el dólar ya estaría muy pedido, haciendo subir la cotización, y el gobierno perdería su principal activo, que lo hizo competitivo, como es la estabilidad del dólar, o más bien que bajó 2 pesos desde los máximos de fin de abril. Es que en cualquier país del mundo occidental, un gobierno que lleva dos años de recesión y devaluación no tendría ninguna chance de reelegir pero estamos en Argentina y, como hay una gran resistencia de un sector importantísimo del electorado que no quiere votar a Cristina, la elección es una moneda al aire y, a tres semanas de las PASO, da la impresión de que La Rosada y la Vidal tienen diferencias importantes.

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