Por Carlos Tórtora.-

Fueron explosivas las declaraciones de Eduardo Duhalde pronosticando que no habrá elecciones el año que viene y que puede haber un golpe militar. Las posteriores aclaraciones del ex presidente bajaron el tono pero dejaron intacto el núcleo de su pensamiento: él cree que en la Argentina hay una crisis terminal que puede afectar al sistema democrático y frente a la cual tanto el oficialismo como la oposición se muestran impotentes. Al decir que estamos frente a una crisis peor que la del 2001, Duhalde preanuncia que la pospandemia hará que se exterioricen en toda su crudeza las consecuencias económicas de la cuarentena más larga de la historia. Este clima viene acompañado de la rápida polarización política que se produjo a partir de la decisión del gobierno de llevar adelante -y a cualquier precio- la reforma judicial, gracias a la cual renace Juntos por el Cambio como cabeza de la oposición. El mensaje que suelta Duhalde tiene su eje en que la crisis puede dañar la gobernabilidad y lo hace en el momento en que el presidente ha cerrado filas con la vicepresidenta para imponer la reforma judicial.

Las polémicas declaraciones de Duhalde levantaron una ola de críticas por su mención a un posible golpe y unos pocos -entre ellos Martín Lousteau- se detuvieron a considerar que no es exagerado hablar de una crisis inédita que puede amenazar el funcionamiento del sistema.

La reforma

En lo inmediato, el eje de las expectativas pasa por si la oposición conseguirá frenar la reforma judicial en la Cámara de Diputados. De ser así, en la cercanía de Cristina Kirchner afirman que el grueso de la reforma se salvaría a través de un DNU. Pero la crisis provocada por el tema seguiría, ya que la llamada “Comisión Beraldi “podría impulsar la ampliación de la Corte Suprema a 9 miembros. Con una nueva mayoría oficialista, el tribunal estaría en condiciones de intervenir en las causas por corrupción que se le siguen a CFK, sobre todo si el Procurador General, que el kirchnerismo aspira a que por ese entonces sea Daniel Rafecas, acompaña la jugada. En efecto, la verdadera jugada a favor de la impunidad pasaría por la ampliación de la Corte, la que profundizaría el enfrentamiento con la oposición.

Share