Por Carlos Tórtora.-

El tránsito de Sergio Massa hacia el kirchnerismo está plagado de sinsabores y muy pocas compensaciones. El mismo Alberto Fernández, que la semana pasada se mostró pendiente del tigrense, esta semana lo mencionó muy poco y el nuevo rol de Miguel Ángel Pichetto concentró todas las miradas peronistas.

Pero detrás del escenario, el massismo sufrió un serio revés en su estructura. A raíz, sobre todo, de los sucesivos pactos de gobernabilidad que se dieron desde el 2015 entre Massa y María Eugenia Vidal, el primero obtuvo para los suyos numerosos cargos en las más altas jerarquías de la administración provincial y en las áreas gerenciales de la legislatura. Con el pase formal de Massa al kirchnerismo llegó la orden de Olivos de “pedirles” la renuncia a todos los funcionarios massistas. En la práctica, esto significa la desfinanciación de buena parte de la estructura del tigrense y un paso más hacia su crisis.

La nueva misión de Pichetto

A la inversa de lo señalado, en el entorno de Macri se hacen planes para que Pichetto empiece a rendir resultados en lo inmediato. Por ejemplo, dentro de sus nuevas funciones estaría conseguir que los gobernadores peronistas organicen cortes de boleta de sus listas para diputados y senadores nacionales junto a la boleta de Macri-Pichetto. Por supuesto que ninguno de estos eventuales acuerdos sería reconocido ante CFK y Alberto Fernández. Para cumplir su delicada misión, Pichetto contaría con una bolsa de cargos en organismos nacionales y no faltan quienes ironizan que terminará utilizando los cargos que se le quitan a Massa.

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